El primer emprendimiento es Chacha, un negocio de chocolates libres de azúcar y endulzados con estevia. Aunque nació en la pandemia, en poco tiempo lograron conquistar los mercados de diferentes ciudades de Colombia.
Este emprendimiento además tiene un importante impacto social en los campesinos del bajo Cauca antioqueño.
El siguiente es Wakea, un ejemplo de innovación en donde jóvenes emprendedores ofrecen una experiencia que invita a ser testigos del crecimiento de orellanas rosadas en casa.
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Por último está Bimbral, un emprendimiento que apoya a los artesanos que desarrollan productos que cuenta historias a través de tejidos decorativos con fibras naturales.
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