Cada vez son más visibles los casos de personas que no pudieron concretar la compra de una vivienda subsidiada. Algunos ciudadanos adquirieron una vivienda con un crédito hipotecario, pero sin el subsidio del programa Mi Casa Ya que les habían prometido.
Este es el caso de Katherine Llanos, una ciudadana que no sabe cómo cumplirá con sus obligaciones en el costo de la vivienda: “Cuando se hizo la separación se quedaron pagando cuotas de $700.000 mensuales. Alcancé a reunir unos $30 millones y nada, de allí empezaba a pagar el crédito teniendo en cuenta los dos subsidios, el de casa de compensación y Mi Casa Ya, pero, cuando no se desembolsó, el hipotecario tampoco. Quedaría en pérdidas por desistir de la compra y quitan el 15% del valor del inmueble, que son los $30 millones que ya di, entonces eso se pierde”.
Los recientes cambios en las condiciones para la entrega del subsidio de Mi Casa Ya fue uno de los múltiples motivos que afectaron el sueño de tener vivienda no solo de Llanos, sino de miles de personas más.
Según Camacol, 38.000 hogares desistieron de la compra de su vivienda durante 2023, es decir, la renuncia a la adquisición de inmuebles incrementó en un 62,9% frente a 2022.
“El banco no me va a prestar más dinero en cuanto al crédito hipotecario, entonces no va a ser posible culminar el proyecto, pues queda el hueco del saldo”, agregó la afectada.
Camacol insistió en que tener en cuenta el puntaje del Sisbén, como ocurre ahora, es un error, pues le hizo perder el beneficio del subsidio a muchas personas que ya no clasifican.
Además, que los cambios en Mi Casa Ya generan represamiento de aspirantes, los compradores con puntuación baja pueden esperar varios meses por una decisión y los ciudadanos con puntuación alta se quedan sin muchas posibilidades de recaudar el dinero que vale la vivienda.
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