El 90% del océano aún es terreno desconocido. Científicos marinos coinciden en que se ha explorado más el universo que el mismo océano. Sin embargo, en el mundo de la biología marina, se están creando drones submarinos para poder investigar especies poco conocidas en lo más profundo del ecosistema. Es ahí donde un grupo de científicos con ingenio e innovación creó un dron hecho con productos que se consiguen en una ferretería, para poder visualizar y estudiar nuevas especies marinas.
La empresa SEPIA y su grupo de científicos colombianos crearon el SEPIA ROV, uno de los drones submarinos capaz de sumergirse hasta 100 metros de profundidad, donde se pueden descubrir nuevas especies en el mar. Y es que la creación de estos prototipos nace de una necesidad: investigar un mundo hasta ahora poco conocido. “Eso nos permite llegar de manera rápida a áreas remotas, de manera eficiente y eficaz a 100 metros”, aseguró Omar Abril-Howard, CEO de Sepia.
“Si usted mira el mapa de Colombia, le ponen las cordilleras, los volúmenes, los ríos que tenemos, pero cuando usted mira para el mar es una mancha azul, no hay nada, pese a que es más del 40% del territorio. Estos equipos robóticos nos permiten poner ojos en el fondo del mar”, manifestó el profesor Juan Armando Sánchez, de la Universidad de Los Andes.
Con estos drones submarinos, ha sido posible descubrir nuevos ecosistemas coralinos e inclusive nuevas especies. Se calcula que en el océano habitan más de 220.000 especies, pero la cifra puede crecer debido a que ha sido poco explorado. A diferencia de otros drones mucho más sofisticados, exportados de Canadá y Estados Unidos, el mérito de los científicos colombianos es poder haber construido un dron de bajo costo y con materiales que se pueden encontrar en cualquier ferretería.
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A los científicos del SEPIA ROV se les adjudicó una patente por utilidad, entregada por el Ministerio de Comercio, lo cual quiere decir que este grupo de colombianos hizo una contribución a la investigación de las profundidades marinas en el país, en especial, a mejorar los métodos de exploración.
Pero el grupo de investigadores quiere trascender. “La empresa está en búsqueda de apoyo para llegar a otros territorios y, de esa manera, poder impactar de manera positiva los procesos de investigación marinos y costeros de Colombia y el Caribe, promoviendo un crecimiento orgánico de la empresa”, sostuvo el CEO de SEPIA.
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El mundo del 'crepúsculo', como llaman los investigadores a las profundidades del océano, ha contado con investigaciones donde se han podido evidenciar, entre otros temas, sus puntos más profundos en el planeta. Five Deeps, una de las exploraciones más completas, cuenta cuáles son:
- El Abismo de Challenger con 10.924 metros de profundidad
- El Abismo de Brownson (8.738 metros de profundidad)
- El Abismo Factorian (7.432 metros de profundidad)
Pero la biología marina también pide apoyo, no solo en Colombia, sino en el mundo. “Con decirle otro paralelo, el presupuesto de un año de NASA alcanzaría para 2.000 años de NOA, que es la que maneja clima, atmósfera y océano”, sentenció el profesor Sánchez. Un símil que nos invita a prestarle más atención al campo de la biología marina.