El griego Stefanos Tsitsipas (3) cumplió frente al ruso Karen Khachanov (18), al que se impuso por 7-6(2), 6-4, 6-7(6) y 6-3 para clasificarse a una final del Abierto de Australia en la que enfrentará al serbio Novak Djokovic.
“Vi a Marcos Baghdatis hace unos cuantos años en la final y soñé en poder competir en el mismo escenario. Desafortunadamente no pudo caer de su lado pero él quedó en mi corazón”, comentó al exjugador estadounidense Jim Courier tras la conclusión de un choque que se extendió hasta las tres horas y 21 minutos.
El jugador de Atenas tuvo que hacer frente a una situación delicada que se dio tras no cerrar las dos pelotas de partido que dispuso en el juego de desempate de una tercera manga que caería del lado del moscovita.
Tras aprovechar la que fue su cuarta pelota de partido, el griego consiguió su segundo billete para una final de competición ‘major’, que podría contar con el mismo contrincante en el caso de que el balcánico supere a Paul.
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Tsitsipas se convirtió en aquella ocasión en el jugador más joven desde el británico Andy Murray en 2010 en disputar una final de Grand Slam, con 22 años y 305 días, y cayese de la forma más dramática posible después de desperdiciar una ventaja de dos sets a cero.
Respecto a su choque de semifinales de este viernes, no fue capaz de blindar su servicio (46% de acierto con primeros) y aprovechar los problemas que atravesó su rival Khachanov con el mismo golpe. El ruso tan sólo ganó el 57% de los puntos con primeros y tuvo un acierto del 62% con este saque.
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Se rompieron el saque hasta en cuatro ocasiones y extendieron el set inicial hasta un juego de desempate que caería del lado del griego por un rotundo 7-2.
Mejoró con el saque el único representante heleno en el cuadro, que pasó de un 46% a un 72% de acierto con primeros, y no concedió ninguna bola de rotura ante un Khachanov que encajó el ‘break’ con el 4-4, el cual significaría el posterior 6-4.
Tsitsipas siguió con su acierto al saque y su concentración al resto, para encaminar un tercer set que parecía ser el definitivo cuando adquirió un claro color griego con el 5-3.
Fue en este momento cuando Khachanov dio un paso al frente para romper con el 5-4 y resto, y animar a un público amodorrado por el intenso calor que presentó Melbourne Park.
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Volvió a tener su oportunidad el de Atenas de cerrar el partido en tres sets, cuando dispuso de dos pelotas para ello durante el juego de desempate del tercer parcial, pero los nervios se asomaron por primera vez en el partido y le hicieron fallar un aparentemente sencillo remate que dio alas a un Khachanov que se marchó envalentonado al vestuario.
Tras el regreso del moscovita, Tsitsipas corroboró la evolución psicológica experimentada en este inicio de temporada y no bajó su calidad tenística ante un Khachanov más distraído.
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Cerró el partido con un definitivo 6-3 para conseguir el que fue su primer billete para una final del Abierto de Australia.
“Me siento afortunado de poder jugar al tenis a este nivel. Maria (Sakkari) y yo hemos hecho un gran trabajo porque no es fácil venir de un país pequeño como Grecia. Estoy muy agradecido por recibir este apoyo”, comentó en alusión a un público siempre incondicional con Tsitsipas, gracias a la extensa comunidad griega que habita en Melbourne.