Aparte de la gloria que consiguieron Rafael Nadal y Ashleigh Barty, los flamantes campeones del Abierto de Australia, los tenistas se van a ir de Melbourne con los bolsillos llenos. Recordemos que desde el 2007 se estableció que el premio en los Grand Slams sería el mismo para los hombres y las mujeres.
Por su parte, el tenista español derrotó a Daniil Medvedev, para coronarse por vigésimo primera vez en un torneo mayor, la máxima cantidad de la historia en la rama masculina. 'La Fiera' logró, a sus 35 años, separarse del registro que compartía con Novak Djokovic y Roger Federer.
Barty logró romper la maldición que tenían los tenistas australianos en el Melbourne Park. Pues recordemos que en 1980, Wendy Turnbull, había sido, hasta ese año, la última local en acceder a la final del torneo. Para encontrar a la última campeona toca devolverse dos años más, con el triunfo de Chris O'Neil sobre la estadounidense, Betsy Nagalsen. La número uno del mundo cortó esa mala y extensa racha, al derrotar a Danielle Collins por 6-3 y 7-6 en la gran final.
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Estos grandes triunfos deportivos estuvieron acompañados de un jugoso cheque. Cada jugador se embolsó la suma de 2.875 millones de dólares. Los finalistas cobraron 1.575 millones de dólares, cada uno. Además de estos premios, el primer Grand Slam del año, y el más lucrativo de los cuatro, repartió otros 66.1 millones a los demás tenistas.
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Camila Osorio fue la representante de nuestro país que más dinero ganó en esta edición del Abierto de Australia. La cucuteña se fue de Melbourne con un cheque por 118.025 dólares.