"Estoy cansado, estoy triste, estoy decepcionado" y "mentalmente destrozado", declaró el tenista español Rafa Nadal después de ser eliminado en la segunda ronda del Abierto de Australia y lesionarse por tercera vez consecutiva en un Grand Slam.
Víctima de lesiones en el abdominal en Wimbledon y en el Abierto de Estados Unidos, el campeón español de 36 años se lesionó en la cadera en Melbourne justo cuando empezaba a controlar su partido ante el estadounidense Mackenzie McDonald (6-4, 6-4, 7-5).
En la recta final de la segunda manga, cuando intentaba devolver de derechas un golpe del californiano, Nadal se frenó en seco y con gesto dolorido se llevó la mano a la cadera: "el pubis", dijo mirando a su equipo en la grada.
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"No puedo decir que no estoy destrozado mentalmente en este momento, porque estaría mintiendo", dijo después en una rueda de prensa, donde se le vio abatido y con la voz a punto de quebrar.
"Estoy cansado, estoy triste, estoy decepcionado, todo esto es una realidad. A partir de aquí, supongo que cuando las cosas avancen, se tomarán las decisiones adecuadas porque lo que quiero es seguir jugando a tenis", explicó.
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"No piensen que estoy diciendo todo esto porque quiero dar un paso atrás. No es el caso", afirmó.
Pero "al final, el vaso se va llenando (...) Es evidente que van sucediendo cosas y a nivel deportivo el vaso se va llenando y llega un momento que el agua puede salir por fuera", agregó.
La lesión obligó a Nadal a retirarse durante unos minutos al vestuario para recibir atención, mientras su mujer Mery lloraba en las gradas. A pesar de las evidentes molestias, el español volvió a la pista y combatió hasta el final del tercer set.
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"No quería retirarme siendo el defensor del título aquí", explicó Nadal, que también reconoció el trabajo de su rival, que se había llevado el primer set y contaba con una ruptura en el segundo antes de la lesión.
"Perdí el partido, ya está (...) No sé si en buenas condiciones habría ganado el partido", admitió Nadal.
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El español ya había sufrido problemas en la cadera y, según explicó, había tenido más molestias en los últimos días. Sin embargo, hasta que no se someta a exámenes, no sabrá el alcance ni el detalle de la lesión.
"No soy ni pesimista ni optimista, voy a ser cauto y esperar a ver qué me dicen los resultados y los médicos", pero "ojalá no sea nada largo", agregó.