El español Rafael Nadal no tiene opciones matemáticas de acceder a las semifinales de las Finales ATP, su torneo maldito, el único de renombre que no tiene en su vitrina, por lo que se despedirá de Turín este jueves ante un noruego Casper Ruud que sí tiene billete para la siguiente ronda y con un suculento premio de casi 400 mil euros en el horizonte.
Esta edición de la Copa de Maestros podría entregar la mayor recompensa económica en la historia del tenis si el que levante el trofeo lo hace sin perder ningún partido. De momento, solo el serbio Novak Djokovic y el noruego Casper Ruud pueden optar a un premio en metálico de 4.740.000 dólares (cerca de 4.853.880 euros).
Solo por participar, cada tenista se ha adjudicado un fijo de 320.000 dólares, pero se embolsarán 383.300 más por cada partido que ganen en la fase de grupos.
Nadal no conoce la victoria en lo que va de torneo, perdió ante el estadounidense Taylor Fritz y ante el canadiense Félix Auger-Aliassime sin rubricar un solo set a su favor, en un torneo que se le resiste sobre manera al balear, condicionado por las características del mismo, en pista dura y cubierta.
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No solo estará pensando el español en desquitarse con buen sabor de boca de su complicado final de temporada, en recuperar sensaciones y recibir una recompensa en forma de victoria a todo su trabajo estos últimos meses alejado de las pistas y marcado por problemas personales. Estará también, inevitablemente, pendiente de un premio de casi 400 mil euros.
Sin embargo, como ha asegurado durante estos días en Turín, en las instalaciones del Pala Alpitour donde toma parte esta cita mundial del tenis, necesita la victoria para reencontrarse con las buenas sensaciones y evolucionar. Su mayor recompensa no será otra que volver a sentirse competitivo en pista y no solo durante los entrenamientos en los que tan buenas sensaciones ha obtenido estos días, pero que lejos se han quedado a la hora de la verdad.
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