El presidente de la WTA, Steve Simon, abandonará su cargo próximamente, pero seguirá en la organización como presidente ejecutivo. Así se confirmó en las últimas horas de este martes 12 de diciembre.
Simon, en declaraciones a la cadena británica BBC, anunció que dejará su puesto cuando se elija un sucesor, pero continuará en la WTA como presidente ejecutivo, desarrollando funciones de "gobernanza", "integridad" y "estrategias en el interés de la organización".
La gestión de Simon quedó en entredicho tras las últimas Finales de la WTA, celebradas en Cancún. La sede se anunció con apenas semanas de antelación y la organización del evento fue un desastre, con las pistas sin acabar cuando llegaron las tenistas, problemas con la calidad de las mismas, así como las difíciles condiciones metereológicas que trastocaron muchos partidos.
Jugadoras como Aryna Sabalenka aseguraron que sintieron que les faltaron al respeto en este torneo y leyendas como Martina Navratilova pidieron un cambio en la dirección de la WTA.
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"Este pasado verano hablé con la directiva de la WTA y dije que si la WTA quiere seguir al frente del deporte femenino, necesitamos revisar toda nuestra estructura organizativa. Así que esto no está atado a lo que pasó en Cancún o a que no hayan sido los años más sencillos", dijo Simon.
"Creo que nuestra preferencia es que encontremos una candidata mujer. Creo que tiene sentido. Es lo mejor a largo plazo para la organización", añadió.
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La WTA ha perdido unos 30 millones de euros en los últimos dos ejercicios económicos, golpeados por la pandemia y por la decisión de Simon de no jugar en China hasta que se asegurara el paradero de la tenista Shuai Peng, que acusó a un alto cargo del Gobierno chino de abusos sexuales.
Sin embargo, en abril, la WTA anunció que los torneos volverían al país asiático y así fue el caso en la segunda parte de la temporada.