Jugador hipertalentoso, pero de mucho carácter, el australiano Nick Kyrgios, reciente finalista en Wimbledon, necesitaría al psicoanalista "Sigmund Freud" para domar sus "demonios", estimó John McEnroe, vencedor de siete torneos del Grand Slam, en declaraciones a la 'BBC'.
"Este tipo es un genio en la cancha, por su forma de jugar", lanzó el estadounidense, también conocido por sus salidas de tono en el curso de los partidos.
"Haría falta que Sigmund Freud salga de su tumba y encuentre de una forma u otra la solución para que este tipo continúe jugando unos años, ya que es muy útil", añadió McEnroe, comentarista para la cadena británica.
Alternando gritos durante los partidos y controversias con el público, los árbitros o sus rivales, Kyrgios hizo su camino, a sus 27 años, hasta su primera final de un Grand Slam, en la hierba londinense, beneficiándose de la baja de Rafael Nadal , lesionado, su rival en semifinales.
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Antes de eso, el griego Stephanos Tsitsipas había dicho de él que tenía "un lado demoniaco" y que las salidas de tono de su rival australiano le habían sacado del partido en tercera ronda.
En la final, perdida en cuatro mangas contra Novak Djokovic, Kyrgios logró 30 aces y 62 puntos en total con golpes ganadores, pero recibió también una advertencia por haber echado pestes contra una espectadora a la que acusaba de estar ebria, antes de lanzarse en una diatriba contra el palco donde estaban sus allegados.
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"¿Cómo piensa que se siente su gente cuando les chilla? Es la gente que más le quiere ¿no? Desgraciadamente, es la gente que más le quiere y es con la que más se enfada", lamentó el exjugador.
Fuera de las canchas, ahora Kyrgios deberá comparecer el mes próximo en Australia por acusaciones de agresión a una amiga.
"Es un buen chico, los otros jugadores le quieren, es apreciado en el vestuario, hace muchas obras caritativas. Pero tiene demonios, en algún sentido. Todos tenemos miedo al fracaso, pero la cuestión es saber cómo administrarlo lo mejor posible", concluyó.