El fuerte dolor en el pecho que dejó al tenista Rafael Nadal fuera de las competiciones deportivas durante varias semanas no se debió a los efectos secundarios de una vacuna contra el COVID-19, como afirman mensajes difundidos en redes sociales, sino a una fisura en una costilla.
Tras la lesión que sufrió en el partido de semifinales del torneo estadounidense de Indian Wells, publicaciones compartidas en distintas redes afirmaban que Nadal, definido por algún usuario de Twitter como "promotor de las vacunas", padecía "repentinitis".
En redes sociales, numerosas publicaciones utilizan desde hace meses el término "repentinitis" para atribuir a los efectos de las vacunas anticovid muertes o enfermedades presuntamente repentinas de figuras conocidas.
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En este caso, algunos de los mensajes virales recordaban cuando el tenista mallorquín "criticó hasta la saciedad" la negativa de Novak Djokovic a vacunarse para jugar el Abierto de Austrlia, mientras que otros relacionaban en Facebook la afirmación del serbio sobre que su cuerpo es "más importante que cualquier título" con una foto de Nadal "preocupado por las molestias que nota en el pecho".
Más allá de estas teorías, el dolor que sintió Nadal en el pecho no tiene nada que ver con una vacunación contra el COVID-19 y se debió a una sobrecarga que sobrepasó los límites del hueso y provocó "una fisura de estrés del tercer arco costal izquierdo", según explicó el pasado martes el médico que diagnosticó al tenista, Ángel Ruiz-Cotorro.
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¿Es frecuente la lesión de Nadal en los deportistas?
La fisura en las costillas "puede ser consecuencia de una contracción muscular violenta", algo frecuente en remeros, levantadores de peso o tenistas, que practican deportes donde un movimiento se repite continuamente.
En estos casos, el dolor es el principal síntoma de alarma, que mejora con el reposo y se «exacerba» con la actividad física y que se puede identificar "a punta de dedo" en el lugar exacto donde se ha producido la fractura, indica este experto.
Tal como lo relató el propio Nadal en declaraciones a los periodistas hace una semana, respirar le resultaba muy "doloroso y muy incómodo", de modo que, cuando respiraba o se movía, sentía "una aguja dentro todo el tiempo", lo que le hacía sentirse "mareado" y le afectaba a la respiración.
Un síntoma que también destaca la fisioterapeuta Blanca Bernal, especializada en deporte de élite, quien precisa que entre las dificultades físicas de esta dolencia figuran el dolor al respirar, la sensación de quemazón o el dolor irradiado a lo largo de la costilla.
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En conclusión, los dolores en el pecho que han causado la baja de Nadal en su actividad deportiva no se deben a los efectos de una vacuna anticovid sino a una fisura en una costilla por sobrecarga, tal como diagnosticó el médico que le trató.
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