Holger Rune (Gentofte, 2003) llega a la sala de prensa y se la encuentra vacía. Hace apenas unos minutos, la habitación estaba repleta de periodistas para la intervención de Cameron Norrie, también para la de Carlos Alcaraz, su némesis en el circuito, pero Rune, un chico tímido fuera de la pista e hiperactivo y volcánico dentro de ella, se topa con la soledad de la prensa.
La razón, el final de partido entre Katie Boulter y Jodie Burrage en Nottingham, la primera final británica en la WTA desde 1977. Un evento que provocó que los ingleses presentes en Queen's estuvieran pegados al televisor y no arropando a Rune. El danés, pese a su actitud controvertida y polémica en la pista, resulta ser una persona afable y tímida ante el micrófono de EFE, que aprovecha la oportunidad para investigar en la figura de una de las estrellas incipientes del deporte de la raqueta.
Nunca ha ganado un partido oficial en hierba, ¿cómo se encuentra al estar de vuelta en esta superficie?
"Me siento bien y tengo muchas ganas de competir, porque hace un año que no juego en hierba. Espero poder ajustarme bien a la superficie y encontrar mi mejor tenis aquí".
¿Cómo es lidiar con el público, cuando no le apoya, cuando le abuchea? ¿Cómo es que le caractericen como el chico malo de este deporte?
"No soy un chico malo, eso seguro. Es normal que en algún momento te ocurran estas situaciones (abucheos, público en contra), porque muchos tenistas en el circuito han experimentado cosas parecidas. Ganes o pierdas. La clave es saber cómo controlarlo. Para mí no es un problema, obviamente es bonito cuando el público está de tu lado, pero si no, no puedes desfallecer y perder el partido. Tienes que mantener la calma y encontrar una forma de ganar el encuentro".
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Carlos Alcaraz y usted se conocen desde muy pequeños, desde que con doce años ya jugaban juntos en dobles en Les Petit As, ¿cómo es su relación con el español?
"Es genial, porque nos conocemos desde hace muchos años, hemos jugado dobles y así. Ver que lo está haciendo tan bien es genial, su juego es increíble y aún es muy joven. Es muy bonito ver que jugadores que han ido creciendo contigo están en el circuito, porque los conoces mejor. Cuando llegas al circuito no hay muchos jóvenes, por eso es bonito ver que Alcaraz o Musetti, por ejemplo, están también aquí. Y tengo una buena relación de amistad con todos ellos".
¿Tiene ganas de forjar una rivalidad con Alcaraz? ¿De jugar los grandes partidos contra él?
"Espero que sí. Hemos jugado dos veces por ahora y ambos han sido grandes partidos. Espero que en el futuro tengamos muchas más batallas".
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¿Cómo de lejos puede llegar en hierba? Porque Kyrgios ha dicho que es el único que puede ganar a Novak Djokovic en esta superficie.
"Lo primero que tengo que hacer es ser capaz de ganar un partido oficial en esta superficie, antes de poder decir cualquier cosa. No se puede discutir que Djokovic es el gran favorito para Wimbledon este año, seguro que es el que todo el mundo espera que gane, pero en este deporte todo es posible. Ya veremos".
Usted, Musetti, Alcaraz, llegan al circuito con la presión de venir detrás de una generación de tenistas que han ganado 20 Grand Slam, cuando lo extraordinario hasta ellos era ganar seis, siete u ocho. La gente espera ahora que ganen 20, y eso es prácticamente imposible. ¿Piensas que es imposible ganar 20 Grand Slam?
"No creo que es imposible, pero solo tres hombres lo han conseguido... Es que es increíble, por eso esos tres son los mejores de toda la historia. Muchos han ganado uno, dos o tres Grand Slams, pero ganar tantos es una completa locura, es extraordinario, porque lo he experimentado en mi cuerpo, lo que cuesta llegar a cuartos de final en un Grand Slam; el esfuerzo es más grande que llegar a la final de un Masters 1.000 o ganar un Masters 1.000. Ganar esos torneos, 20 o más veces, requiere de algo especial, pero ahí fuera estamos varios que queremos dar ese extra".