Contra pronóstico, el búlgaro Grigor Dimitrov se convirtió en el primer semifinalista del Masters 1.000 de París, tras conseguir su triunfo número 40 del año, contra el polaco Hubert Hurkacz, undécimo favorito y uno de los jugadores más en forma del circuito, por 6-2, 4-6 y 6-4.
Será la segunda vez que Dimitrov juegue las semifinales del torneo bajo techo de la capital francesa, cuatro años después de haber sido derrotado en esa ronda por el serbio Novak Djokovic y también serán las segundas semifinales consecutivas para el búlgaro en un Masters 1.000, tras haberlas disputado en Shangai, donde cayó frente al ruso Andrey Rublev.
En esta ocasión, su rival saldrá del duelo entre el griego Stefanos Tsitipas, séptimo favorito, y el ruso Karen Khachanov, decimosexto.
A sus 32 años, Dimitrov vive una segunda juventud y en París ha dejado muestras de su clase, aderezadas ahora con una consistencia que había perdido. Es la primera temporada en la que el búlgaro alcanza las 40 victorias desde 2017, cuando llegó a ser número 3 del ránking.
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En París dio cuenta del actual número 3, el ruso Daniil Medvedev, en un memorable partido.
Contra Hurkacz, ganador del pasado Masters 1.000 en Shangai, tuvo un partido menos intenso, pero no por ello dejó entrever menos calidad.
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Dimitrov, 17 del ránking, se mostró sólido y supo desactivar el letal servicio del polaco, el único tenista que esta temporada ha superado los 1.000 puntos directos de saque.
Es cierto que el búlgaro le tiene tomada la medida, porque le había vencido en las tres citas anteriores, una de ellas esta misma temporada sobre la pista rápida de Rotterdam.
Pero en los últimos meses, Hurkacz estaba intratable y solo había perdido dos de los últimos 17 partido en Masters 1.000, ambos a manos del español Carlos Alcaraz, en Toronto y en Cincinnati.
Con esta derrota, el polaco dice adiós a las pocas opciones que le quedaban para acabar el año entre los ocho mejores del ránking, lo que le habría dado derecho a disputar el Masters de Turín.
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Y acrecienta las opciones de hacerlo del alemán Alexander Zverev, que opta a una de las dos plazas que restan libres junto al danés Holger Rune y al australiano Alex de Minaur, ambos pendientes de su partido de cuartos en París, contra Djokovic y Rublev, respectivamente. Si uno de los dos pierde, el germano irá a Turín.