La primera victoria en Grand Slam, en Wimbledon y en la pista central no podría haber sido mejor para Jessica Bouzas, que doblegó a la vigente campeona del torneo, Marketa Vondrousova, en la primera gran sorpresa del torneo (6-4 y 6-2).
Contra todo pronóstico y en el que seguramente sea el mejor partido de su carrera deportiva, Bouzas derribó a toda una campeona de Wimbledon, que hace un año se coronó en esta pista ante Ons Jabeur.
La de Pontevedra, sin nada que perder, pero mucho que ganar, como demostró con sus continuos "¡Vamos!" ante la campeona, dejó helada a la checa, incapaz de aguantar los intercambios, de apoyarse en su servicio y de encontrar el torrente de ganadores con los que reinó sobre la hierba hace un año.
Ni siquiera jugar bajo techo, lo que normalmente favorece a los pegadores, ayudó a la checa, que exhibió porcentajes por debajo del 60 % con el servicio, unas pobres estadísticas con las que hay que estar muy bien desde el fondo para poder tener oportunidades en esta pista.
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Pero el partido comenzó ya de cara para Bouzas, que aprovechó su primera bola de 'break' para ponerse 2-0. La ventaja, como anticipaba mucha gente en el público, esperando la reacción de la checa, duró poco, pero Vondrousova no parecía hacer 'click' en el partido, quizás aún afectada por la dura caída que sufrió en Berlín hace dos semanas y que le obligó a retirarse.
La checa estuvo dos días sin entrenarse por el feo golpe, pero apareció con tiempo en Londres, donde se ha ejercitado de forma regular, además de asegurar en la previa que estaba completamente recuperada. El estado físico, por lo tanto, no servía como excusa.
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Era simplemente que Bouzas estaba mucho mejor, dominando el partido como si no fuera su primera vez en la pista central. El año pasado superó la fase previa, pero se despidió en primera ronda, mientras que su única aventura en el resto de Grand Slams fue en Roland Garros este año, con derrota también en el debut.
Tras ganar el primer set, lo normal en estas situaciones es que Vondrousova reaccionara. Una remontada no hubiera escapado a toda lógica.
Pero era el día de Bouzas. El titubeo de tener el partido en su mano solo duró un juego, entre que rompió por primera vez a Vondrousova, esta le devolvió la rotura y la de Pontevedra recuperó el 'break'. Ya no dejó que se escapara nada más. Cerró el partido con un golpe paralelo espectacular que besó la línea y se puso a llorar en su banquillo. En la grada saltaba de alegría su familia y Anabel Medina, presente.
"Es uno de los momentos más importantes de mi vida y de mi carrera. Esto es increíble", dijo Bouzas, que se enfrentará a Cristina Bucsa o Ana Bogdan en segunda ronda.
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"Estoy sorprendida conmigo misma. Al principio estaba nerviosa, luego se me ha pasado, estaba cómoda aquí. Estaba como en casa", añadió la de Pontevedra.