Stefanos Tsitsipas regresa a la tierra batida con impaciencia, Daniil Medvedev lo hace con repulsa. Ambos inician la carrera por conseguir el domingo el Masters 1.000 de Montecarlo.
"Es siempre un placer regresar a la temporada de tierra batida, uno de los periodos más fascinantes de la temporada. Estar en casa, comenzar la temporada de tierra en Montecarlo, mi lugar favorito", señaló Tsitsipas, número tres mundial y ganador de las dos últimas ediciones en el Principado.
"¿Es qué hay realmente jugadores a los que les gusta estar sucios tras haber jugado en tierra? ¡A mí no me gusta! Cuando juegas en tierra puedes tirar las zapatillas a la basura, las lavas y la tierra no sale", dijo Medvedev, quinto del mundo, en la que ya es una de sus muchas diatribas contra el polvo de ladrillo.
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Ganador del US Open con su juego plano y sus bolas rapidísimas, también es crítico con la imprevisibilidad de los botes en tierra.
"Entrené con Holger Rune, antes del comienzo del torneo, y, en un juego, hizo cuatro saques correctos pero hubo falsos botes y fallé las cuatro veces. No me parece normal que haya falsos botes en una pista de tenis. A algunos les gusta, a mí no", continuó.
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Para Tsitsipas, finalista en Roland Garros en 2021 y este año en el Abierto de Australia, es lo contrario. No le va la uniformidad, que considera artificial, de las pistas duras.
- 'El mejor tenis' -
"Estoy supercontento de volver a jugar en una superficie natural. Hemos jugado durante mucho tiempo en las pistas duras y me parece refrescante volver a una superficie natural como la tierra batida. Aquí practico mi mejor tenis, está bien para todo el mundo, para las lesiones, el cuerpo, es una de las mejores superficies para practicar un tenis excitante", argumentó.
Además del Torneo de Maestros (2019), en dura, Tsitsipas ha ganado sus dos títulos más prestigiosos en tierra batida -Montecarlo 2021 y 2022- de un total de nueve.
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Al contrario, ninguno de los 19 títulos de Medvedev fue firmado en polvo: 18, entre ellos el Masters 2020, en dura y uno sobre césped, en Mallorca en 2021.
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"En la pista dura soy capaz de analizar lo que hago mal en un punto. En tierra a veces tengo la impresión de hacer lo que hace falta y me destruyen", continúa el ruso.
En dura, "todo se basa en el servicio y en la primera bola, lo que me gusta es la estrategia y la táctica de la tierra batida", contrataca Tsitsipas.
En tierra, "podemos siempre cometer un pequeño error, defender y volver al intercambio", precisa.
- Trayectorias opuestas -
Ambos tenistas, cuya relación es muy fría y se calienta cada vez que se cruzan en la pista, llegan a Montecarlo con trayectorias opuestas.
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Tsitsipas solo ha ganado tres partidos en el circuito desde su final en el Abierto de Australia, donde Medvedev cayó en la tercer ronda defendiendo la final que había logrado en 2022.
A continuación el ruso renació para ganar en Róterdam, Doha, Dubái y Miami, además de las semifinales en Indian Wells.
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"¡Me hubiera gustado continuar en dura!", confiesa, reconociendo tener menos ambiciones en tierra.
"Tengo muchos más problemas para expresar todo mi potencial, pero sé que puedo jugar bien. Una vez en Montecarlo batí a Tsitsipas y a Djokovic en el mismo torneo, por lo que voy a intentar de hacerlo bien ¿quién sabe?", dijo con algo más de optimismo.
Tsitsipas está obligado a mirar con ambición: "Busco el triplete".
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