"Soy el mismo jugador que el año pasado, pero soy más maduro, mentalmente soy más fuerte, leo mejor la pista que antes, es algo muy importante para mí". Habla Carlos Alcaraz en París, donde a partir del lunes buscará conquistar su segundo Grand Slam, esta vez con el número 1 del mundo colgado en la espalda.
A sus 20 años, el español rechaza las comparaciones con sus dos primeras apariciones en la tierra batida de Roland Garros y asegura que es un jugador diferente, más armado para la batalla que aguarda para ocupar el trono dejado vacante por Rafa Nadal.
"Cuando está Rafa es más complicado, sobre todo en este torneo. Pero nunca le he tenido miedo a nadie. Aunque hubiera estado no me habría puesto menos posibilidades de ganar el torneo, soy así de ambicioso ", agrega el murciano, que llega a Roland Garros con los torneos de Madrid y Barcelona bajo el brazo, pero con el borrón de haber caído en segunda ronda en Roma contra un rival menor.
"Me pongo en la lista de favoritos. Hay muchos capaces de ganar aquí y que tienen el nivel para hacerlo. No me pongo en el top, pero estoy en la lista", dijo.
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Alcaraz, que se ha ido acostumbrando al resplandor de los focos mediáticos, sabe que sin Nadal tendrá más sobre su rostro, pero no parece sentir la presión sobre sus espaldas.
"Para mí es una locura ser cabeza de serie número uno en un Grand Slam, es algo por lo que he trabajado para estar en lo alto. Pero no siento presión por ello, tengo claro a lo que vengo, y cómo me tengo que sentir. Quiero disfrutar y no mostrar tanto énfasis en tener buenos resultados para mantener el número 1. Tengo que dejar fluir mi juego", indicó.
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De su nuevo estatus tuvo una muestra en sus primeros entrenamientos en París, en los que el público le demostró que genera mucha expectativa, pero las diferencias se acaban ahí.
Alcaraz considera que su mente se ha adaptado a las grandes alturas y que ya no le generan ansiedad los grandes escenarios.
"Al principio, cuando jugaba contra los mejores en estadios grandes era difícil para mí, me costaba mantener la calma, pero he aprendido poco a poco. Cuando jugué contra Rafa la primera vez en Madrid fue difícil y puedo acordarme de muchos partidos en los que no estaba cómodo. Pero he aprendido la lección y estoy en condiciones de jugar este tipo de partidos, ahora me siento bien aquí", señaló.
El jugador habló también de su frustración al principio de temporada por no haber podido disputar el Abierto de Australia por una lesión, pero aseguró que trata de sacar cosas positivas de esos malos momentos, algo que también hizo tras la derrota de Roma.
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"He aprovechado esos días para descansar, ver a mi familia y también para entrenarme de forma más intensa y física. A veces, cuando encadenas partidos, no tienes tiempo de entrenar a fondo y creo que eso me ha ayudado a preparar mejor este torneo", comentó.