Carlos Alcaraz conquistó este domingo el título de Indian Wells al triturar al ruso Daniil Medvedev, que llevaba 19 partidos seguidos ganando, y recuperó además el número uno del mundo, que estaba en poder del serbio Novak Djokovic.
En un hito más para su ya extraordinaria carrera, el joven español arrasó en la final del primer Masters 1000 de la temporada dando un recital impresionante y venciendo por 6-3 y 6-2 en una hora y 11 minutos a un Medvedev que era el tenista más en forma del circuito y que había ganado tres torneos consecutivos (Rotterdam, Doha y Dubái).
Con solo 19 años, Alcaraz ya tiene tres Masters 1000 en su vitrina (Miami, Madrid e Indian Wells) además de un Abierto de Estados Unidos.
El murciano se unió a Rafa Nadal como el único jugador de toda la historia que se anota tres Masters 1000 antes de cumplir 20 años (el mallorquín consiguió 6).
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Su apabullante triunfo en el desierto californiano, donde no concedió ni un solo set pese a que venía recuperándose de una lesión en los isquiotibiales desde la final de Río de Janeiro, le devolvió además a lo más alto del ránking de la ATP.
En un tenis masculino sediento de nuevas figuras que releven al trío histórico Nadal-Federer-Djokovic, la irrupción de Alcaraz ha sido todo un fenómeno con cinco títulos en 2022 y dos ya en el primer trimestre de 2023 (Buenos Aires e Indian Wells).
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Además, en 2022 se convirtió en el jugador más joven en llegar al número uno mundial.
En Indian Wells, Alcaraz volvió a dar una lección magistral de aplomo, serenidad y de nervios de acero en los grandes momentos y no se dejó intimidar por la racha de un Medvedev que llegaba lanzado a la final y al que solo se había medido en una ocasión con derrota en la segunda ronda de Wimbledon de 2021.
Pero menos de dos años después, este Alcaraz ya no es una promesa sino una estrella del tenis con todas sus letras y su próxima cita pasa por Miami, donde defenderá su título conseguido el año pasado.
Djokovic, ausente en Indian Wells, tampoco jugará en el torneo de Florida ya que no puede entrar en EE.UU. por no estar vacunado contra el coronavirus.
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EXHIBICIÓN DE ALCARAZ
En un domingo nublado, con temperatura agradable y rachas intermitentes de viento, Alcaraz afrontó la final del conocido como 'quinto Grand Slam' con un apetito voraz y con el respaldo de una pista central prácticamente llena, con algunas banderas españolas y que le dedicó una gran ovación en cuando salió del túnel de vestuarios.
Con un seco 'vamos', Alcaraz celebró su primer juego desde el saque y con un gran revés cruzado logró su primer 'break' en un visto y no visto (2-0).
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Frente a la impactante concentración y seguridad de Alcaraz, Medvedev empezó muy frío y lejos de la robustez que le ha convertido, en palabras del murciano en la previa, en "prácticamente una pared".
Alcaraz, consciente de que tenía que jugar con paciencia y sin mostrar flaquezas ante el gigantón ruso de 1.98 metros, movió desde el principio a Medvedev con mucha soltura.
Además, el de El Palmar sacó a relucir su exhuberante catálogo de golpes, con dejadas exquisitas, derechas como obuses y un saque férreo; y presumió de una capacidad infinita de resistencia para llegar a algunos puntos que parecían imposibles.
Cada vez más enamorada del español, a la grada de Indian Wells se le escapaban algunos murmullos y gritos ahogados de admiración cuando Alcaraz bordaba algunos peloteos al alcance solo de los elegidos.
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No hubo noticias de un Medvedev anulado en el primer set y Alcaraz, con 10 golpes ganadores (solo 2 de su rival), selló la primera manga subiendo a la red tras 35 minutos y con una autoridad formidable.
Lejos de la resiliencia que había mostrado en las últimas semanas, Medvedev quedó paralizado, no tuvo capacidad de reacción y se vino abajo ante el huracán de Alcaraz.
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