"Esta es la recompensa perfecta para todo nuestro duro trabajo. Es una sensación increíble unirme a la impresionante lista de jugadoras que lo lograron y es un gran honor poder llamarme la número uno del mundo": así reaccionó la tenista bielorrusa Aryna Sabalenka, en declaraciones a la WTA, al asegurarse el liderato de la clasificación mundial tras la derrota de la polaca Iga Swiatek, hasta ahora en ese puesto, en el Abierto de Estados Unidos.
"Alcanzar el número 1 del ránking mundial individual de la WTA es algo con lo que he soñado desde que era una niña, cuando empecé a jugar al tenis", dijo Sabalenka, de 25 años. "2023 ha sido un año increíble para mí y mi equipo", añadió la jugadora, que en la lista del próximo 11 de septiembre pondrá fin a 75 semanas de reinado ininterrumpido de Swiatek.
Para el presidente y director ejecutivo de la WTA, Steve Simon, "el ascenso de Aryna a la cima es un logro increíble". "Como muchos de nuestros fans, estoy muy contento de seguir disfrutando de su éxito, con sus potentes golpes y su juego valiente en la pista, además de su personalidad y su carácter vivaz fuera de la pista", añadió.
Sabalenka ha ganado esta temporada tres títulos: el Abierto de Australia, el WTA 500 de Adelaida y el WTA 1.000 de Madrid. También fue finalista en Indian Wells y Stuttgart y semifinalista en Roland Garros y Wimbledon. Es la octava jugadora que llega al número uno mundial tanto en individual como en dobles (2021).
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Ahora, detrás de este sueño y objevito cumplido, hay una historia muy particular. Sergey, su padre, fue quien la introdujo en el tenis cuando era niña y la formó en su etapa de juvenil. Pero a fines de 2019, falleció con apenas 43 años. Una tragedia que cambió la vida de Aryna Sabalenka.
"Fue algo inesperado, era joven, tenía 43 años, y no quería decir eso, pero creo que la gente debería saberlo. Durante la pretemporada fue difícil practicar mentalmente. En realidad, no lo pensé mucho. No podía irme porque sabía que era una situación difícil con mi familia y no podía dejarlos", afirmó en su momento.
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Y es que la gran meta de dicha dupla era convertirse en número uno del mundo, lo que, finalmente, llegó. Al cumplirle ese sueño a su papá, dijo: "solo trato de pelear porque mi papá quería que yo fuera número uno. Lo estoy haciendo por él, así que eso es lo que me está ayudando a ser fuerte".