Daniil Medvedev admitió que tuvo suerte de llegar a su tercera final del Abierto de Australia el viernes tras derrotar en cinco sets a Alexander Zverev, quien reveló que no se encontraba bien.
El tercer cabeza de serie ruso, que nunca se rinde, estaba en una posición precaria en la Rod Laver Arena, pero luchó para ganar 5-7, 3-6, 7-6 (7/4), 7-6 (7/5), 6-3 tras cuatro horas y 18 minutos.
El gélido italiano Jannik Sinner le esperará en el partido por el título del domingo, tras sorprender al defensor del título, Novak Djokovic, en la otra semifinal.
Medvédev ya ha estado dos veces en la final, perdiendo ante Djokovic en 2021 y ante Rafael Nadal un año después.
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Ha sido un camino largo y arduo para volver allí, con el jugador de 27 años sobreviviendo a dos batallas de cuatro sets y un par de partidos de cinco sets antes de enfrentarse a Zverev.
Pero demostró una vez más que tiene la resistencia necesaria para derrotar al sexto cabeza de serie y mantener viva su carrera por conseguir su segundo título de Grand Slam tras ganar el Abierto de Estados Unidos en 2021.
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Admitió que estuvo "un poco perdido" en los dos primeros sets.
"Pero durante el tercer set me dije a mí mismo que si perdía este partido quería estar orgulloso de mí mismo", dijo el jugador de 27 años, que llega a su sexta final en un grande.
Luchar hasta el final
"Quiero luchar hasta el final, luchar por cada punto. Y conseguí ganar y estoy muy orgulloso.
"A veces hay que tener suerte y hoy es mi día".
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Pero fue una derrota cortante para Zverev, que aspiraba a llegar a su segunda final de un Slam.
Dijo que no se había sentido bien desde su sorprendente victoria sobre el segundo cabeza de serie, Carlos Alcaraz, en cuartos de final.
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"Estoy un poco enfermo. Me puse un poco enfermo después del partido contra Alcaraz, con un poco de fiebre y cosas así, así que obviamente eso no ayudó a la recuperación, y eso que jugué bastante", dijo.
"Así que, sí, simplemente perdí un poco de energía al final del segundo set, y contra él es imposible jugar cuando no estás al cien por cien físicamente".
Zverev se colocó 4-1 en el primer set, pero Medvedev empezó a aumentar gradualmente su intensidad y logró un doble break para igualar a 5-5 mientras el partido se convertía en un duelo desde la línea de fondo.
Una tercera ruptura de Zverev le dio la oportunidad de servir por segunda vez para ganar el set, y salió airoso de una lucha titánica que incluyó un épico peloteo de 51 golpes y otro de 40. En el segundo set, Medvedev volvió a ser el primero.
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En el segundo set, Zverev volvió a ser el primero, al convertir un cuarto punto de ruptura en el quinto juego.
El revés hizo mella en la determinación de Medvedev, y el alemán fue dictando cada vez más los peloteos, empujándole de esquina a esquina para consolidar una ventaja de dos sets.
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En el tercer set, Medvédev cambió ligeramente su posición en la línea de fondo y alteró la dinámica, con un juego de red más agresivo que llevó el set a un tie-break que ganó.
El cuarto set fue como el tercero, sin nada entre los jugadores hasta otro tiebreak, cuando Zverev cedió en el saque cuando estaba a dos puntos de la final.
Un Zverev cada vez más frustrado salvó dos puntos de ruptura en el quinto juego del set decisivo antes de rendirse en un tercero con una derecha en red.
El ruso se puso 3-2 por delante y se consolidó con su saque, sin posibilidad de remontada para Zverev.
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Y es que la increíble derrota del alemán se condensa en un dato letal: se convirtió en el primer jugador en perder una semifinal y una final de Grand Slam luego de ir ganando 2-0 en sets.
La ocasión en la que registró el fatídico dato de final de Grand Slam fue en el US Open del 2020. El alemán se fue adelante 6-2 y 6-4, pero terminó perdiendo los otros tres sets 6-4, 6-3 y7-6. La segunda ocasión fue esta vez contra Medvedev.
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