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JULIEN DE ROSA/AFP
Novak Djokovic en su juego por el Masters 1.000 de París.
JULIEN DE ROSA/AFP

A Novak Djokovic lo empezaron a chiflar en París y así respondió: ¡No perdió ningún punto!

El público en París no tuvo problema en molestar al número uno del mundo, Novak Djokovic, sin embargó, él no hizo caso y se mandó una clase magistral de tenis.

Irreconocible debido a unas molestias estomacales, la leyenda Novak Djokovic (1º ATP) logró con sufrimiento el pase para cuartos del Masters 1000 de París-Bercy este jueves con un esforzado triunfo sobre el neerlandés Tallon Griekspoor (23º), por 4-6, 7-6 (7/2) y 6-4, en dos horas y 37 minutos.

Faltó de energía, Djokovic aguantó y salió con oficio de la trampa ante un tenista entusiasta que finalmente pagó su falta de rodaje en los grandes escenarios.

"Comencé bien, pero a continuación me sentí muy mal, quizás por un virus en el estómago que atrapé hace dos o tres días, pero así es la vida. Estás obligado a encontrar soluciones y lo he hecho esta noche", dijo.

Jugará por un puesto en semifinales contra el vigente campeón danés Holger Rune (7º) que venció por un doble 6-3 al alemán Daniel Altmaier (54º) en el último partido de la jornada. Djokovic y Rune se vieron las caras precisamente en la final de Bercy el año pasado.

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Djokovic fue finalista de la pasada edición ante Rune, un duelo que podría reeditarse el viernes. En la presente busca extender su récord de seis títulos en la pista cubierta del pabellón a orillas del Sena.

Brillante en la víspera ante el argentino Tomás Etcheverry tras un mes y medio fuera del circuito, a Djokovic parecía servirle este jueves con poner el piloto automático ante un debutante en Bercy.

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Entre la intimidación y la limitación de errores le bastó para situarse 3-0 en 12 minutos 4-1 a continuación, justo cuando se produjo el punto de inflexión.

Entonces Griekspoor, de 27 años, liberó su tenis, empezó a jugar sin presión y su golpeo seco por fin hizo daño a Djokovic, que parecía apagarse, sin chispa y aferrado a un esquema de juego conservador.

VALENTIN IZZO/Hans Lucas via AFP
Novak Djokovic, tras su juego con Tallon Griekspoor.
VALENTIN IZZO/Hans Lucas via AFP

Cambió por completo la dinámica y el neerlandés sumó cinco juegos seguidos para anotarse el primer set.

Desganado, Djokovic se sentó y llamó al fisioterapeuta mientras el bullicioso público nocturno de Bercy le abucheaba. Tras un par de minutos de charla, volvió a la pista e inició la remontada.

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En la segunda manga ambos jugadores, con altibajos, guardaron sus saques hasta llegar al tie-break, 'terreno Djokovic', que el serbio dejó sentenciado con un 5-0 inicial.

Aplausos a la grada

Definitivamente Griekspoor había pasado de la euforia que le llevó a volar en el primer set al vértigo de tener contra las cuerdas al mejor de todos los tiempos.

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No debe ser fácil presentarse con solo una victoria en los Masters 1000 en toda su carrera antes de París-Bercy ante el ganador de 39 torneos de esta categoría -2 títulos frente a 96 en el palmarés total de ambos-.

Djokovic seguía a medio gas, sin la gestualidad que multiplica cuando está contra las cuerdas, pero se mantenía vivo, suficiente para lograr una rotura que le daba la iniciativa en la manga definitiva.

Apoyado por el público, Grienkspoor fue capaz de devolvérsela. Entonces por fin Djokovic se despertó, aplaudiendo a la grada y pidiendo de forma irónica más ruido.

Esta 'gasolina' levantó al serbio, devolviendo la rotura con un juego en blanco (6-5), una ventaja que ya no desaprovechó.

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