52 hectáreas de extensión, 14.000 huéspedes o 40.000 comidas al día son algunas de las cifras que reflejan la magnitud de la Villa Olímpica de los Juegos de París, en la que los deportistas pueden elegir el colchón sobre el que dormir en su cama de cartón, disfrutar de una zona de ocio para desconectar o dejar a sus hijos en la guardería, algo inédito hasta el momento.
La Villa Olímpica, situada en el distrito de Saint-Denis, está construida en la llamada Cité du Cinema, un megaproyecto que fracasó y que ahora se ha reutilizado para dar vida al corazón de los Juegos antes de reconvertirse en un futuro cercano en 2.800 casas, dos mil para familias y ochocientas para estudiantes.
Son 82 edificios, todos distintos en su estructura de fachada y con diferentes colores, pero con habitaciones similares en los 3.000 apartamentos que incluyen. Identificar a las delegaciones que los ocupan es fácil ya que todos los países lucen en sus ventanas las banderas nacionales e incluso algún elemento característico, como China, que tiene un oso panda.
Desde su apertura el 18 de julio hasta el final de los Juegos, la Villa Olímpica acogerá a más de 14.000 deportistas y 4.000 miembros de personal de apoyo, dando alma a un recinto que no descuida ningún tipo de detalle.
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4.000 empleados y 1.500 voluntarios ejercen de soporte para que el deportista pueda residir durante unos días, entrenarse, descansar y también disfrutar.
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La principal novedad de la Villa Olímpica de París respecto a otras ediciones es la guardería, a la que los deportistas con hijos pequeños pueden recurrir si lo necesitan, dejando a los menores con un cuidador o haciendo uso de la zona de lactancia o de juego.
Dejar al niño con un cuidador puede ser una buena idea si el deportista quiere entrenarse en el gimnasio que acoge la Villa y que cuenta con más de mil aparatos, entre ellos cintas para correr, bicicletas elípticas, máquinas de remo o todo tipo de pesas.
El descanso es uno de los pilares del deportista y, por ello, los que no estén conformes con su colchón pueden solicitar un cambio en la colchonería de la Villa, en función de sus preferencias de grosor o dureza. Lo que no se puede cambiar es el soporte, el cartón, sobre el que reposa todo el peso.
Para tener la ropa limpia los deportistas pueden usar alguna de las doce lavanderías que tiene el complejo, con 600 lavadoras que harán unos 60.000 lavados, según cifras de la organización.
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Servicios de peluquería, manicura y barbería son los que ofrece el centro de belleza dirigido por el peluquero francés Raphaël Perrier. Se trata de un servicio más dentro de una Villa que también cuenta con una policlínica con farmacia, sala de extracción de sangre, espacio para urgencias médicas y zonas especializadas para fisioterapia, podología, dermatología, ginecología, cardiología y oftalmología.
El restaurante, uno de los núcleos sociales más importantes, está preparado para dar más de 40.000 comidas al día a huéspedes y trabajadores, que podrán beber Coca-Cola de dos maneras. En vasos de cartón para comer o en botella si la adquieren en las diferentes máquinas de venta que hay por el recinto.
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La tienda oficial, con los mismos precios que en la calle, y un pequeño supermercado Carrefour completan el listado de servicios de la Villa Olímpica, que se puede recorrer de arriba a abajo en vehículos eléctricos para reducir el impacto de contaminación.
Una medida sostenible alineada con el espíritu de construcción de la Villa, con 9.000 árboles y plantas apadrinados por niños de diferentes escuelas de la ciudad dentro de un proyecto educativo.