Ryan Crouser sumó su segundo título en el lanzamiento de bala, tras el logrado en Rio de Janeiro. En los Juegos Olímpicos Tokio 2020 consiguió la segunda mejor distancia de la historia (23,30 metros), a siete centímetros de su récord mundial.
El podio es exactamente el mismo que hace cinco años en Rio de Janeiro, con el estadounidense Joe Kovacs, plata con 22,65 metros, y el neozelandés Tomas Walsh, bronce con 22,47 metros.
Los mismos tres competidores ocuparon el podio en el Mundial de Doha-2019, aunque en orden diferente, ya que Kovacs superó en un centímetro a Crouser y Walsh tras un concurso memorable.
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Desde su derrota en el Mundial de Doha, Ryan Crouser (28 años) ha dominado de manera absoluta la disciplina y no ha perdido más, con una racha ahora de 23 victorias seguidas.
En junio batió además el récord del mundo, llegando a 23,37 metros, mejorando el crono de su compatriota Randy Barnes (23,12 metros), que se había mantenido en pie 31 años.
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Con el título olímpico ya asegurado, Crouser aprovechó su sexto y último intento para intentar batir de nuevo el récord mundial y se quedó cerca, con ese lanzamiento de 23,30 metros.
Crouser se convierte en el cuarto hombre en ganar dos oros olímpicos en esta disciplina, después de sus compatriotas Ralph Rose (1904 y 1908) y Parry O'Brien (1952 y 1956), y del polaco Tomasz Majewski (2008 y 2012).
El jueves, con un calor sofocante, dominó el concurso ya desde el primer lanzamiento, llegando a 22,83 metros. Dedicó la victoria a su abuelo con un mensaje en papel mostrado a la cámara: "Abuelo, lo hemos hecho, campeón olímpico 2020".
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