El ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, denunció los rumores sobre una posible anulación de los Juegos Olímpicos de París por la situación política en Francia, que interpreta como una maniobra para perjudicar la imagen de su país, e insistió en que "es una fake news".
"Hay un cierto número de rumores que corren para perjudicar la imagen de Francia, del presidente de la República", señaló Darmanin en una entrevista al canal France 2, en la que recordó que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha desmentido que haya barajado la anulación y que se haya dado hasta mediados de mes para decidir.
"El COI -explicó- ha dicho de forma repetida que la organización de los Juegos Olímpicos ha sido, si no perfecta, al menos lo mejor posible. Los equipos estadounidense e israelí, muy atentos a la seguridad, felicitan cada día a la policía francesa".
Además, hizo notar que incluso el candidato de la extrema derecha a primer ministro en las legislativas que se celebran el domingo, cuyo grupo es favorito para terminar en primera posición, "ha dicho que están muy bien organizados".
Publicidad
El ministro, que podría abandonar sus funciones como consecuencia de las elecciones antes de los Juegos (del 26 de julio al 11 de agosto) , insistió en que se celebrarán.
Señaló que por el recorrido que está haciendo la llama olímpica por todo el territorio francés han pasado cuatro millones de personas sin incidentes.
Publicidad
En el origen de esta cuestión está un artículo de Le Journal du Dimanche. Allí, retomaban elementos de otro de Le Point en el que se afirmaba que el presidente del COI, Thomas Bach, estaba escandalizado por la convocatoria anticipada de elecciones en Francia a pocas semanas del inicio de las Olimpiadas y que se había dado de tiempo hasta mediados de julio "para confirmar, anular o aplazar los Juegos".
Los servicios secretos han alertado sobre el riesgo de que la publicación de los resultados de las elecciones el próximo domingo podría dar lugar a incidentes y altercados.
El titular avanzó que el dispositivo de seguridad que se ha previsto estará compuesto de 30.000 policías y gendarmes, de los cuales 5.000 en París y en su región, "para que la ultraderecha y la ultraizquierda no aprovechen para crear desórdenes".