Reinas del oro en los Juegos Olímpicos, imbatibles desde Atlanta 1996, las jugadoras de la selección de Estados Unidos se proclamaron campeonas por séptima vez consecutiva al vencer a Japón 90-75, la sorpresa del torneo que logró una plata histórica para el baloncesto nipón.
Las estadounidenses encadenaron su séptimo oro e igualaron la racha del equipo masculino, cuando fue oro entre 1936 y 1968 de forma ininterrumpida, con un juego interior imbatible para todos sus rivales y que en la final volvió a serlo, con 30 puntos y 5 rebotes de Brittney Griner, 19 y 7 de A'ja Wilson y un 'doble-doble' de Breanna Stewart (14 puntos y 14 rebotes).
La potencia de Estados Unidos y la WNBA sigue convirtiendo en sideral la distancia entre el 'Team USA' y el resto. Con la de este domingo, son 55 victorias consecutivas las que contemplan a un equipo americano que tiene que retroceder casi 30 años para recordar su última derrota, en las semifinales de Barcelona 1992.
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Un oro cantado y una plata de sorpresa mayúscula, porque Japón se plantó en la final derrotando dos veces a Francia, una en la fase de grupos y otra en las semifinales, y dejando por el camino a otra potente selección como la belga. Orgullosas hasta el final, atacaron aun cuando el duelo estaba ya sentenciado, lideradas por la pívot Maki Takada (17 puntos) y las bases Nako Motohashi (16 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias) y Rui Machida (8 puntos y 6 asistencias).
Estados Unidos cumplió con los pronósticos tras un arranque en el que no dejó resquicio a la duda: Wilson y Griner comenzaron produciendo a destajo, Machida falló una canasta sola bajo el aro y la defensa de Griner sobre la talentosa base japonesa (40 centímetros de diferencia entre ambas) tapaba cualquier tiro (14-5, min. 5).
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Cuando quiso entrar el primer triple nipón, de Takada a los 6 minutos después de cuatro fallos anteriores y levantando los aplausos de la armada de voluntarios que llenaban uno de los fondos, las americanas ya habían hecho camino (18-8). El acierto llenó de coraje a las asiáticas, que encadenaron dos buenas defensas y otros tantos triples. Jewell Loyd cerró la herida para un 23-14 final de cuarto.
Motohashi tomó las riendas de la situación y con triples y pases las niponas se metieron en el encuentro (34-27, m.15). No solo es que comenzaron a socavar la defensa americana con su movilidad, sino que conseguían incluso rescatar algunos rebotes (la estadística mostraba un sorprendente 18-18 en capturas al descanso). El 50-39 al intermedio dejaba el duelo vivo.
Estados Unidos ha cimentado su paso por los Juegos Olímpicos Tokio 2020 rompiendo muchos partidos en el tercer cuarto, y la misma hoja de ruta aplicó a la final.
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Con Wilson y Griner aplicando la ley de su altura y potencia y Sue Bird, en su último partido en los Juegos Olímpicos con su quinto oro casi en el bolsillo, acertando desde los 6,75 metros, las americanas aceleraron hasta superar los 20 puntos (70-49, m.27) mientras a Japón no le funcionaba el doble base Machida-Motohashi. El 75-56 que cerró el tercero casi ponía la medalla al cuello a Estados Unidos.
Las americanas solo tuvieron que mantener sus diferencias para cerrar el duelo, mientras Japón mantuvo su orgullo hasta el final e incluso acabó imponiéndose en el parcial del último cuarto (15-19) para entre aplausos de un público de voluntarios, cerrar con honra un 90-75 final. Las americanas son de oro, pero la plata japonesa tiene matices de gesta.
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