Clasificar a unos Juegos Olímpicos no es una tarea fácil, para nadie es un secreto. Por eso, ir a tres tiene un gran mérito y más cuando se han conseguido dos medallas en dichas justas. Este es el caso de Carlos Ramírez, nacido en Medellín, el 12 de marzo de 1994 y quien ha dejado el nombre de Colombia en lo más alto, a lo largo y ancho del mundo.
¿Quiénes fueron claves para llegar a donde está?
"Mis papás hicieron lo posible e imposible por darme la oportunidad de luchar por este sueño. Gracias a Dios, tuve la oportunidad de tener un papá que tuvo un buen trabajo, que siempre dio todo y, como fuera, trató de llevarme a foguearme fuera del país, a competir en Mundiales, me dio las mejores cosas y siempre buscó la manera de como hacerlo".
¿Qué significa su papá en este camino?
"Él fue esa persona por la que estoy donde estoy. Luchó, sacó de donde no tenía, se la buscaba y rebuscaba para salir adelante y llevarme a donde fuera. Gracias a eso, soy la persona que soy en la actualidad. Me enseñó a luchar, solar en grande, trabajar por hacer realidad los sueños. Por mis papás, estoy, de nuevo, en unos Juegos Olímpicos y vendrá más".
Caídas, lesiones, cirugías, pero sigue, ¿No lo llaman 'loco'?
"Mi familia siempre ha estado en pie conmigo, ha luchado por animarme. Obviamente, se les ha metido en la cabeza, cuando me ven sufrir, que por qué sigo haciendo esto, pero es lo que motiva y me gusta. Ellos siempre han sido ese pilar, estando a mi lado, en las buenas y no tan buenas, quienes me han impulsado a ser resiliente en cualquier momento".
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¿Qué lo motiva a seguir, a pesar de todo?
"Que salga adelante como sea, luche, busque la mejor alternativa, en fin. Mi cuerpo está preparado y, por eso, sigo. No ha sido un camino fácil, pero sigo firme. Quiero seguir haciendo esto, estoy bien, es mi lugar de paz y tranquilidad. Ser deportista no es fácil porque siempre luchar por ser mejor persona y deportista, pero al final es lo que amas y apasiona".
¿Es consciente de lo mucho que ha logrado?
"A veces, no me creo lo que he logrado. Sigo luchando por cosechar muchos triunfos más y, por eso, continúo. Tengo hambre de gloria. Hay gente que dice que ya tengo 30 años y estoy entre los mayores, pero sueño como si tuviera 18 años. Quiero comerme el mundo vivo. Gracias a lo aprendido en estos años, supe cómo manejar las emociones y crecer".
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¿Asume la responsabilidad de ser un referente?
"Sigo soñando, dándolo todo, con ganas de mostrarle a los niños y futuros campeones que todo lo que uno se proponga es posible. Si nosotros, lo logramos, por qué ellos no lo pueden hacer. Eso es lo que se busca hacer y motivar, inspirándolos a ellos, que luchen, sean mejores personas, deportistas, abogados, astronautas, lo que quieran, pero luchen".
Con lo vivido, ¿Qué le dice al Carlos de los inicios?
"Al Carlos chiquito, le diría que crea en él, que todo lo quiera, lo va a lograr y hacer realidad. Muchas veces le dirán comentarios como que no lo va a lograr, no será capaz, en fin, pero que no deje que eso lo afecte, ni se le meta a la cabeza, que él mismo se demuestre que no hay techo ni límite y que puede llegar hasta donde quiera y se proponga".