El conjunto de gimnasia rítmica de Bulgaria se impuso en la final de los Juegos Olímpicos de Tokio y confirmó el cambio de hegemonía en este deporte, en el que Rusia había ganado todos los títulos desde Sídney 2000.
Las búlgaras, con más dificultad y mejor ejecución, obtuvieron las notas más altas tanto con el ejercicio de cinco pelotas (47,550) como con el mixto de aros y mazas (44,550), para un total de 92,100 puntos.
El conjunto ruso se quedó en 90,700 e Italia ganó el bronce con 87,700.
En la víspera, en la final individual, la israelí Linoy Ashram dio la gran sorpresa al imponerse no a una rusa, sino a dos, las gemelas Dina y Arina Averina, la primera triple campeona del mundo y la segunda, subcampeona.