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GIUSEPPE CACACE/AFP
Nyang Chiengjiek, atleta del Equipo Olímpico de Refugiados.
GIUSEPPE CACACE/AFP

Atleta refugiado, que tropezó y terminó último, rompió en llanto en la pista de los Juegos Olímpicos

Nyang Chiengjiek se hizo viral por la tristeza que demostró al sufrir una caída en la prueba de los 800 metros y por su dura historia de vida.

Los Juegos Olímpicos dejan momentos llenos de alegría y otros cargados de profunda tristeza, este último fue el caso del atleta del Equipo Olímpico de Refugiados, que en la prueba de los 800 metros se tropezó, cayó y llegó de último a la línea de meta.

El momento de aflicción se presentó cuando el corredor se tiró al suelo y se quebró en llanto por el infortunio que había sufrido en el Estadio Olímpico de Tokio.

El joven, de 29 años, que huyó de Sudán del Sur a los 13, para evitar convertirse en un niño soldado; cayó a la pista después de que los corredores salieron de sus carriles, un español lo hizo tropezar.

Corrió para terminar, pero estaba inconsolable al final, cayendo de rodillas y sosteniendo su cabeza entre sus manos, mientras sus rivales se alejaban sin decir una palabra o incluso una palmada en la espalda.

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“La salida de la carrera fue buena, pero alguien me golpeó por detrás. No pude equilibrarme. Esta es la peor decepción de mi vida”, explicó al final de la competencia, notablemente afectado.

Las imágenes le han dado la vuelta al mundo, no solo por el momento del atleta, sino también por la triste historia que hay detrás del corredor, que en la guerra civil de su país perdió a su padre.

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“Mucha gente contaba conmigo. Quería hacer algo importante para llamar la atención sobre la situación de millones de personas”, señaló sobre los motivos que lo llevaron a quebrarse en las pista.

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