El deporte y el amor no tienen límites. Ambos cuentan con un poder unificador, enseña que más allá de las fronteras geográficas y culturales, existe un lenguaje común que se comprende en cualquier esquina del planeta: el idioma de la determinación, la superación y camaradería.
Eso vivió la ucraniana Olga Halayko, quien con la gimnasia rompió barreras, gracias a su precisión y el amor, lo encontró en Colombia, país del cual se enamoró.
Fue selección de Ucrania de gimnasia, nación que cuenta con una rica historia en este deporte y que en la escena internacional contó con una figura como Lilia Podkopayeva, ganadora de dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. Gracias a esta disciplina las puertas del mundo se le abrieron de par en par, vivió un sinfín de experiencias, que la enriquecieron personalmente.
Posteriormente, apareció Colombia en su vida y aquí se enamoró y sentó cabeza tras dejar la gimnasia. “Este es un país muy bonito, me gusta mucho la gente, su alegría, la comida, el clima y todas las ciudades son tan diferentes que uno cuando viaja se enamora de cada ciudad, de cada región”, dice con una sonrisa, mirando a su alrededor con brillo en sus ojos.
Una vez dejó el deporte profesional, se alejó un poco de él y viajó por Latinoamérica, con una empresa de espectáculos culturales como organizadora. “Tomé esa decisión porque después de entrenar por 11 años seguidos, ocho horas diarias, uno se cansa, porque tiene que afrontar lesiones y las dificultades diarias que tiene uno en el deporte”, resalta.
Pero después de muchos 10 años alejada del deporte, quiso que la gimnasia regresara a su vida. “Fue una decisión extraordinaria, la verdad estoy muy contenta porque veo que hay mucho talento en Colombia y estoy segura de que más adelante tanto en la rama masculina y femenina, vamos a estar a nivel mundial muy fuerte”, señala.
Precisamente, estos Juegos Nacionales se convierten en el trampolín para que surjan nuevas figuras en esta disciplina, se le abre las puertas de par en par al nuevo talento nacional, para que tengan la posibilidad de tener competencia de alto rendimiento y demostrar así el talante que refleja al deportista colombiano. ”Este año es veo estos juegos muy como competitivos y se suma que Atlántico está en un proceso muy bueno para siguientes”, destaca.
Con un español casi perfecto, Olga Halayko apoya a las jóvenes gimnastas del departamento del Atlántico. Una historia que comenzó con el amor, se transformó en una que dejó a un extranjera más enamorada de la cultura, alegría, belleza natural, gastronomía y calidez de su gente. Sin duda alguna, Colombia es potencia de la vida.
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