La ausencia de los tres galácticos en la lista de inscritos para tomar la salida en Lisboa de la 79 Vuelta a España abre una ventana de oportunidad para muchos de los que de otra manera ni siquiera se plantean habitualmente, ni les dejan pelear por otra cosa que no sea defender a su líder.
Los tres primeros clasificados del Tour, el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates), que ha hecho doblete con la maglia rosa del Giro, el danés Jonas Vingegaard (Visma-Lease a Bike) y el belga Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step), cuando están en una grande en estos momentos son los máximos favoritos sin ninguna clase de condicionantes y no estar en la capital portuguesa abre la quiniela para hacerse con La Roja en Madrid el 8 de septiembre, a un buen número de otros nombres.
Roglic y Kuss, más dudas que certezas
En condiciones normales el gran favorito al triunfo final debería ser el esloveno Primoz Roglic (Red Bull-Bora), que ha ganado un Giro y tres veces la Vuelta y aspira a igualar al español Roberto Heras en el palmarés con cuatro Vueltas, pero dos fuertes caídas esta temporada hacen mantener la reserva sobre las condiciones en las que afronta la que es su carrera talismán.
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La caída en abril en el descenso de Olaeta en la Itzulia, en el que salieron perjudicados muchos de los grandes nombres del pelotón mundial como Vingegaard o el propio Roglic, entre otros, condicionó su aproximación al Tour y ya en la carrera francesa sufrió un nuevo batacazo que le llevó al abandono e incluso hizo dudar de su presencia en la Vuelta.
El vigente ganador de la Vuelta, el estadounidense Sep Kuss (Visma-Lease a Bike) debe confirmar que su triunfo en 2023 fue algo más que el verse arropado por un potentísimo equipo que hizo historia al ganar las tres grandes con tres corredores diferentes.
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De hecho en su equipo apuntan que la joven esperanza belga Cian Uijtdebroeks parte sin ningún tipo de supeditación al de Durango.