Ni la 78ª Vuelta a España está sentenciada, ni se ha producido ninguna gran debacle entre los grandes aspirantes al triunfo final, pero en el Observatorio Astrofísico de Javalambre pudieron volver a ver brillar, al igual que las del firmamento, las estrellas ciclistas. Las que lo hicieron con más fulgor fueron las del Jumbo-Visma.
JUMBO-VISMA MANTIENE EL OBJETIVO DE GANAR GIRO, TOUR Y VUELTA
La ascensión al turolense Pico del Buitre dejó claro que la intención del Jumbo-Visma es cumplir el reto que ha asumido de hacer historia ganando la Vuelta de 2023 y con ello encadenar en un solo año las tres grandes. Tras firmar con éxito el triunfo en el Giro de Italia en mayo con Primoz Roglic y el Tour de Francia en julio con Jonas Vingegaard, ahora toca la Vuelta.
Todos temían el poderosísimo ocho inscrito por la formación neerlandesa que dirigen Marc Reef y Addy Engels en la salida de Barcelona y en esta sexta etapa de la septuagésima octava edición lo confirmó. Entre La Vall d'Uixo y el Pico del Buitre-Observatorio Astrofísico de Javalambre empezaron a demostrarlo. El rodillo para deshacer a sus rivales lo pusieron en marcha y, aunque todavía no tienen en su poder 'la Roja', la tienen un poco más cerca.
UNA ETAPA BRUTAL
Ganaran o perdieran tiempo tras la ascensión de 10,9 kilómetros desde Arcos de las Salinas, todos los contendientes coincidieron en el análisis: "Ha sido una etapa durísima. Se ha ido a tope desde el principio y así hemos ido todo el día. Ha sido brutal", dijeron unos y otros en estos mismos términos o similares.
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Con un pelotón de más de 40 unidades por delante y con hasta 7 minutos de ventaja sobre los grandes líderes, con hombres que pueden ser muy importantes e incluso decisivos para la clasificación general, la etapa entró casi desde el principio en un juego táctico en el que cada uno trató de sacar el máximo partido a sus opciones y castigar a los rivales.
No fue extraño ver como en ocasiones sobre todo cuando la ventaja superó los 7 minutos y saltaron todas las alarmas, estaban al frente de los dos pelotones hombres del mismo equipo. Por un lado se quería que el equipo del líder trabajase hasta al extenuación y por otro no se quería que la carrera española pudiese salir de tierras turolenses casi sentenciada en favor de un nombre inesperado y fuera de cualquier tipo de apuesta.
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MOVER LA CARRERA A SU INTERÉS
El Jumbo-Visma fue el que mejor lectura hizo de la situación, quizá también porque cuenta en sus filas con un amplio abanico de hombres que pueden aspirar a casi todo. Así en la escapada metieron hasta a cuatro de sus componentes, entre ellos Sepp Kuss, que terminó ganando la etapa y quedándose a 8 segundos del líder, el hombre más joven de la Vuelta, el francés Lenny Martínez.
Por detrás se quedaron junto al líder, el belga Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step), los dos ciclistas, Primoz Roglic y Jonas Vingegaard, que aspiran a firmar el doblete ganando dos grandes en un mismo año, algo que no se repite desde que el británico de origen keniano Chris Froome lo logró en 2017 encadenando Tour y Vuelta.
LLEVAR AL LÍMITE AL SOUDAL-QUICK STEP
Sepp Kuss desveló que el planteamiento de salida era llevar al límite al Soudal-Quick Step porque sabían que "iba a ser una etapa muy difícil de controlar", aunque también se encontraron en la tesitura de no estar dispuestos a que la fuga llegase con una ventaja que en el futuro pudiera convertirse en inasumible para revertir. "No queríamos que la fuga llegase con 5 o 6 minutos", desveló.
El estadounidense, que es el único participante que este 2023 puede completar Giro, Tour y Vuelta, se quedó con la miel en los labios al no poder vestirse la Roja, aunque para él ya era suficiente satisfacción el ganar una etapa.
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"Hay que disfrutar del momento, no puedo ganar cada semana. Vestir el maillot rojo sería importante, pero ganar una etapa es todo un éxito", concluyó.