El caos, no se sabe hasta qué punto controlado, se apoderó de la segunda etapa de la 78ª Vuelta a España que lo único que dejó claro a su conclusión fue que la victoria parcial fue para el danés Andreas Kron (Lotto Dstny) y que el nuevo líder es el italiano Andrea Piccolo (EF Education-EasyPost).
Caídas de hombres de equipo, pero también de líderes; pinchazos provocados en la mayoría de los casos por las chinchetas arrojadas por algunos incontrolados en busca de boicotear la carrera; varios ciclistas del Jumbo-Visma pidiendo una pausa el pelotón en un momento en el que la cosa podía acabar de la peor manera con una carretera extremadamente resbaladiza, fueron algunos de los episodios que jalonaron esta jornada.
Demasiados condicionantes
Todas estas cuestiones se convirtieron en protagonistas de un día en el que la cuestión estrictamente deportiva acabó quedando casi relegada a un segundo plano.
De hecho, las clasificaciones de la etapa se convirtieron en un auténtico jeroglífico a descifrar con tiempos que para nada correspondían con los habituales del orden en que cada ciclista había concluido la etapa. Todavía más complicada de consultar fue la clasificación general que tardó mucho más tiempo de lo habitual en hacer acto de aparición.
Confusión para conocer el orden de paso en el punto bonificado. El comisario de carrera pregunta a aficionados si han grabado la llegada de los ciclistas. #LaVuelta23 pic.twitter.com/CMca3ASPJy
— Raúl Banqueri (@raulbanqueri) August 27, 2023
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La Vuelta a España volvía 61 años después a fijar como lugar de inicio la ciudad de Barcelona y las diferentes circunstancias, sobre todo con la lluvia y las tormentas como protagonistas, han terminado por marcar los dos primeros días de esta 78ª edición.
La meteorología marca los dos primeros días
La meteorología se empeñó en adquirir protagonismo desde que los corredores empezaron a arribar a la capital catalana en los días previos. La ciudad los recibió con un calor asfixiante, con una combinación de altas temperaturas y humedad relativa altísima, antes del inicio de la competición.
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El cambio se produjo el sábado y lo que se presumía un espectáculo deportivo-turístico por las principales calles y monumentos de la ciudad, se tornó en un casi apagón por los negros nubarrones de la tormenta que acompañó a los veintidós equipos participantes en todo el recorrido.
"Esto fue una mierda, no podíamos ver nada. Era superpeligroso", afirmó el belga del Soudal-Quick Step, Remco Evenepoel, vigente ganador de la carrera y el que alzó la voz muy por encima que los demás tras la contrarreloj por equipos.
"Tuvimos que ir con mucho cuidado en las curvas porque estamos aquí para pelear por la Vuelta y no te quieres caer el primer día y quedarte sin opciones", insistió al finalizar la etapa.
Psicosis por la contrarreloj del sábado
Tras la reflexión de la noche y con una salida en Mataró donde llovía con intensidad de los ciclistas, la psicosis de lo acontecido la tarde-noche anterior en la que compitieron prácticamente a oscuras les llevó a pedir una neutralización de la carrera a la entrada del circuito de Montjuic a 9 kilómetros de la llegada.
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La organización había anunciado a primera hora de la mañana que iba a aplicar el protocolo meteorológico para proteger a los ciclistas a 3,6 kilómetros, al paso por el alto del Castillo de Montjuic, pero antes de la salida y tras hablar los responsables de la prueba y los participantes se decidió llevarlo bastante más allá.
La jornada discurrió en una constante duda, con muchos tramos en los que la carretera estaba prácticamente seca, pero en otros estaba muy peligrosa y convirtiéndose por momentos en una auténtica pista de patinaje.
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Un peaje del que todavía no se conocen todas las consecuencias
El peaje a pagar empezaba a antojarse que podía ser muy caro. De hecho el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma), uno de los máximos candidatos al triunfo final, se fue al suelo a 32 kilómetros del final.
Pero al igual que el exsaltador de esquí, otros muchos, algunos apuntaron que más de medio centenar, fueron víctimas de la carretera y terminaron dando con sus huesos en el suelo. Los daños a priori no fueron excesivos, aunque se produjeron varios abandonos. Habrá que esperar a que pasen algunas horas, o incluso algunas etapas, para ver si ha habido más daños de los peritados en primera instancia.