La ley de Tadej Pogacar (UAE Emirates Team) imperó en la 103ª edición de la Vuelta a Cataluña, en la que el esloveno ganó cuatro etapas y lideró la general desde la segunda jornada de una competición en la que Mikel Landa (Soudal Quick-Step) y Egan Bernal (Ineos Grenadiers) completaron el podio.
Solo un error de cálculo en la primera jornada, de recorrido circular y rompepiernas con llegada a Sant Feliu de Guíxols, impidió a Pogacar reinar desde el primer día. Tras gobernar la etapa, el UAE se descolocó al final y el australiano Nicholas Schultz (Israel - Premier Tech) sorprendió con un esprint en el último kilómetro.
No hubo más concesiones y el esloveno sentenció la Volta al día siguiente en la primera etapa de montaña, con salida en Mataró y llegada a Vallter (+1:35), y amplió la renta en la general a 2:27 con una nueva exhibición en los Pirineos, coronada en Port Ainé. En ambas ocasiones bastó un ataque en pleno ascenso para ganar en solitario.
Pogacar se recuperó en los dos días posteriores, resueltos al esprint con triunfos del neerlandés Marijn Van den Berg (EF Education First - Easypoint) y el francés Axel Laurence (Alpecin-Deceuninck), y brilló nuevamente en la etapa reina del sábado, una jornada montañosa con cinco puertos y llegada en alto al santuario de Queralt, en la que volvió a vencer en solitario tras un solo ataque en subida.
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En la tradicional clausura en Barcelona, con los seis ascensos al Alt del Castell de Montjuïc, Pogacar dio espacio para que sus compañeros Marc Soler y Joao Almeida buscaran la victoria, pero al verles desfallecer se lanzó él mismo a por el triunfo al esprint.
"Nunca he estado más en forma", comentó el bicampeón del Tour de Francia tras una exhibición histórica: primer corredor que gana cuatro etapas en la Volta desde 1998, máxima ventaja (3:41) sobre el segundo en una carrera de siete días desde 1986 y en la carrera catalana desde 1983.
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Aunque la 103ª edición de la Volta pasará a la historia por el dominio de Pogacar, que además del maillot de la general también ganó el de la regularidad y el de la montaña, la competición dejó otros protagonistas.
Es el caso de Mikel Landa, que en su segunda comparecencia con el Soudal Quick-Step, el estreno como primera espada, terminó en la segunda posición, subió al podio en las tres etapas de montaña y fue el más sólido de los adversarios de Pogacar. "Tengo muy buenas patas otra vez. Me siento fresco otra vez, con la energía del 2015", aseguró el alavés tras la etapa reina.
El colombiano Egan Bernal también terminó la Volta con buena nota y confirmó así la progresión en el segundo año después del accidente en la carretera que pudo costarle la vida en 2022. El ciclista del Ineos Grenadiers asaltó el podio de la general en la penúltima etapa, en la que terminó segundo tras colaborar con Landa en una audaz escapada sobre sus rivales directos.
Más alejado de los focos, el barcelonés Marc Soler (UAE Team Emirates) desempeñó un papel importante, especialmente en las etapas montañosas, para potenciar a Pogacar y se llevó el maillot al mejor catalán de la Volta, pese a su intento frustrado de ganar la última etapa en Barcelona.
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El galo Lenny Martínez (Groupama-FDJ), séptimo en la general, ganó el maillot al mejor joven, mientras que el mallorquín Enric Mas (Movistar Team) fue de menos a más con el paso de los días y terminó quinto, a 58 segundos del podio. Su compañero de equipo, el colombiano Nairo Quintana reapareció en una prueba World Tour tras una temporada y abandonó en la última etapa por una caída.
El vigente campeón de la Vuelta a España, Sepp Kuss (Team Visma -Lease a Bike), terminó 13º tras flaquear en la etapa reina del sábado durante el ascenso inédito en competición al Coll de Pradell (especial).
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Pese a la decepción, el estadounidense se dio un baño de masas en Berga, colmada de aficionados para celebrar el regreso de la ciudad a la competición más de 60 años después, dejando una postal que permanecerá en el recuerdo junto a la exhibición de Pogacar.