Lloraba en meta el belga Victor Campenaerts (Lotto Dstny) . No era para menos, pues el explusmarquista mundial de la hora estaba compartiendo con su mujer y su bebé su primer triunfo en el Tour de Francia a través de una videollamada sorpresa.
Campenaerts fue el más fuerte de una escapada de tres corredores y en un contundente esprint se impuso a sus dos rivales, el joven francés Matteo Vercher (TotalEnergies) y el ilustre veterano polaco Michal Kwiatkowski (Ineos). Los tres en un tiempo de 4h 10' 20'', a una media de 43 km/hora.
Fueron los más fuertes y valientes de una enorme escapada que marcó la jornada alpina, disputada por ese grupo sin cuartel, mientras el pelotón de favoritos se echaba la siesta bajo el sol. Los primeros perseguidores, con Oier Lazkano quinto, terminaron a 22 segundos, y a 37 otro sector con Alex Aranburu y García Pierna.
Campanaerts (Hoboken, 32 años) se anotó con honores la decimoctava etapa que unió Gap y Barcelonnette a través de 179,5 kilómetros. Una victoria que le emocionó, pues a su rico palmarés le faltaba una victoria en el Tour. El belga fue campeón de Europa de crono, ganador de etapa en el Giro y recordman de la hora (55.089 kms).
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En Barcelonnette llegó el momento de gloria para este corredor belga residente en Canillas de Aceituno (Málaga) que compartió el "momentazo" con su reciente hijo y su pareja. Muchos días de concentración en Sierra Nevada para obtener un botín inolvidable.
No podía hablar de la emoción, pero se le entendió que ha sufrido "muchos años para lograr este triunfo en el Tour, me he sacrificado mucho en la concentración de altura, pero todo se ha compensado viendo los ojos azules de mi hijo". Y siguió llorando.
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Mientras Victor Campenaerts, exnadador y triatleta, se secaba las lágrimas, el pelotón llegó a meta con un retraso de 13' 41'', sin novedad, todo el mundo tranquilo después del plácido paseo. No hubo ocurrencia de Pogacar, y todos conformes. El esloveno mantuvo el jersey amarillo con 3' 11'' sobre Vingegaard y 5' 09'' respecto a Evenepoel.
Pero lo que más sorprendió fue una revelación que hizo, tras el final. "Jugué de manera inteligente. El equipo me dio confianza, sabían que tenía buenas piernas. En diciembre apuntaba a la etapa. Esta fue la única en la que vi la posibilidad de ganar. Entré a la fuga con un solo cartucho. Puede que haya jugado un poco sucio al fingir mucho dolor. No tuve que hacer tantos cambios, seguí los movimientos e hicimos un buen ataque con los tres. Es increíble. Aún quedan días difíciles por delante", sentenció.