En un Tour que va camino de jugarse en pocos segundos entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, un incidente minúsculo cobra una gran amplitud: A falta de pocos metros para coronar la Joux Plane, último puerto del día, una moto demasiado cercana evitó un ataque del esloveno.
El ciclista del UAE, más explosivo que su rival, pretendía cruzar en cabeza ese puerto y embolsarse los 8 segundos de bonificación que había en su cima, para ir limando los 9 que antes de la etapa tenía de renta el danés.
Pero su ataque final quedó frustrado por la moto de un fotógrafo que quedó atrapada en una maraña de aficionados que poblaban las cunetas de una estrecha carretera que conducía a la cima.
"Fue como lanzar un misil al agua", aseguró Pogacar, que indicó que había reunido todas sus fuerzas para lanzar un último zarpazo a su gran rival.
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El incidente pasó factura al esloveno, que vio como Vingegaard, sin piedad, le superó en la cima del puerto y se apuntó la bonificación.
¡ASÍ SE DEFINIÓ EL PUERTO! ¡JONAS #VINGEGAARD LE GANÓ LA BONIFICACIÓN A TADEJ #POGACAR! 🔝#TDF2023 #ESPNEnStarPlus pic.twitter.com/Fp1ipOd9oW
— ESPN Ciclismo (@ESPNCiclismo) July 15, 2023
"Es cierto que había mucha gente y que las motos estaban muy cerca de nosotros, pero nadie sabe qué habría pasado si no hubiera habido esas motos", señaló el danés.
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En la meta de Morzine, en el descenso del puerto, Pogacar fue segundo, por detrás del español Carlos Rodríguez, por lo que redujo un poco la diferencia de la bonificación con el danés, que pese a todo tiene un segundo más de renta que la víspera, 10.
Al final de la etapa, ambos equipos quisieron apuntarse a su lado la victoria moral en la jornada.
Pogacar presumía de haber salido casi indemne de una etapa en la que el Jumbo de Vingegaard trabajó duro para preparar el terreno de su jefe de filas, pero que pudo incluso perder el amarillo de no haber sido por esa desgraciada moto.
"Creo que si hacemos balance ha sido un buen día, hemos atacado. Me habría gustado lograr esa bonificación y ganar la etapa, porque creo que este Tour va a ser muy ajustado", aseguraba Pogacar.
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El danés también trataba de buscar los puntos positivos de su jornada, pese a que se descolgó en el ascenso al Joux Plane, aunque consiguió enlazar después, y fue distanciado en la meta.
"Pogacar ha atacado muy fuerte, pero he preferido mantener mi ritmo y afortunadamente le he atrapado", dijo.
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"He ganado un segundo y estoy 10 por delante. No sé si hay un ganador moral, pero yo estoy contento de cómo han ido las cosas y poco importa el ganador moral", aseguró el danés para justificar el desgaste que hizo su equipo.
Se esperaba más de la maquinaria Jumbo en esta etapa. Tras haber sufrido tres zarpazos de su rival, Vingegaard venía advirtiendo de que en los Alpes empezaba su terreno, con jornadas más duras y menos explosivas.
Su equipo endureció el día desde el principio y parecía que afrontarían el tramo final de la etapa con más ambición. Pero quedaron relegados a correr a la defensiva, aunque el balance final es un segundo a su favor.
A diferencia de Pogacar, Vingegaard no cree que el Tour vaya a dirimirse en segundos: "Estoy convencido de que uno u otro vamos a ceder algún día".
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Próxima pelea programada para este domingo, de nuevo en los Alpes, con llegada en la cima de Saint-Gervais, de primera categoría, un puerto menos propicio a las grandes diferencias. El Tour seguirá pendiente de los pocos segundos.