El danés Jonas Vingegaard conquistó la etapa 18 del Tour de Francia 2022 , este jueves con final en Hautacam, reforzando así su liderato en la clasificación general y dando un gran paso para llegar de amarillo a París.
A lo largo de la jornada, Tadej Pogacar quemó una traca de ¡¡5 ataques¡¡ para zarandear a Vingegaard. Zarpazos contundentes, cortos, reiterativos. Pero no hubo manera, el danés se pegaba a la rueda de su gran rival como las lapas a las rocas del mar. Ambos se citaron para un cara a cara ya hasta meta. Duelo al sol.
En el descenso esa partida fue de infarto. Tensando Pogacar a punto estuvo de caer Vingeggard, y segundos después fue el esloveno quien aterrizó, levantándose de inmediato con el "culotte" roto dejando al aire una aparatosa herida. No hay dolor. El maillot amarillo no aprovechó para largarse. Espero a su enemigo íntimo, se dieron la mano y siguieron camino del último gran puerto del Tour: Hautacam.
FIESTA DEL JUMBO EN HAUTACAM, VINGEGAARD SENTENCIA EL TOUR
La emoción que pudiera quedar en la etapa reina pirenaica ya dependía del ascenso a Hautacam (Especial, 13,6 km al 7,8 %), último juez del Tour. El presidente de Francia Emmanuel Macron se apuntó a ver el espectáculo desde el coche del director del Tour, no perdió detalle del festival que organizó el Jumbo Visma con Van Aert y Vingegaard como actores estelares.
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El león esloveno iba herido. En plena subida no se atrevía a atacar, no era el mismo. Vingegaard se percató del gesto agónico de Pogacar. Lanzado por Kuss, el danés enlazo con Van Aert, que abría carrera con Dani Martínez. Gregarios fuera. En pleno horno emergió el maillot amarillo para largarse hasta la gloria.
La arrancada de Vingegaard se produjo a 4,5 km de meta. Ya no miró atrás. Su rival esloveno se diluía como un azucarillo. Otro día aciago para él, como aquel del Granon, cuando probó el caldo de la derrota. El danés entró con la mano en el corazón, algún beso al aire, Pogacar con el maillot abierto, digno con su herida, batido. Y Van Aert celebrando como propio el triunfo de su jefe de filas. Alegrías y penas. Pero todo quedó en su sitio.
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Este viernes la decimonovena etapa sacará al pelotón de los Pirineos para vivir una jornada de transición entre Castelnau-Magnoac y Cahors, de 188,3 km. Una cita para la reaparición de los esprinters, que tendrán otra opción el domingo en París. Entre medias, el sábado, la crono de Rocamadour. De la cita con el reloj saldrá la foto del podio final.