La novena etapa del Tour de Francia prometía emociones por sus 14 sectores de terreno destapado a lo largo de los 200 kilómetros de trazado que ofrece la fracción, en la región de Champagne. Estas dificultades hacían un llamado para las posibles dificultades que se podrían presentar y las ofensivas de los favoritos o candidatos a ganar.
En el cuarto sector de gravel, el hombre que llamó la atención por la iniciativa que tuvo fue Tadej Pogacar, quien en la subida aceleró y se salió del grupo de sus compañeros para tomar el descenso en solitario. Allí, alcanzó a tomar una ventaja y cuando la carretera se hizo llana, se le unió Remco Evenepoel.
Atrás, Jonas Vingegaard quedó encerrado y con el condicionante que no tenía su bicicleta propia, sino que venía usando la de Jan Tratnik, por problemas mecánicos. A pesar del susto, unos metros más adelante se reagruparon y el intentó de Pogacar quedó como una anécdota.