A sus 25 años, Jonas Vingegaard conquistó este domingo en los Campos Elíseos su primer Tour de Francia, fruto del dominio hegemónico del Jumbo simbolizado por la fuerza y el talento del belga Wout van Aert.
Esta victoria, "es simplemente enorme para mí, es increíble", afirmó el danés, visiblemente emocionado en los Campos Elíseos y que agradeció a su equipo el trabajo realizado: "Teníamos un plan y lo seguimos al pie de la letra, todos mis compañeros se superaron".
Espectacular, rápido y agotador para los 135 supervivientes. El Tour, cuya 21ª y última etapa fue ganada por el esprínter belga Jasper Philipsen, permanecerá en la historia por el nuevo récord de velocidad media (42 km/h), la intensidad de las batallas diaria y también por ser la primera derrota del esloveno Tadej Pogacar, vencedor en las últimas dos ediciones.
Gran favorito en la salida en Copenhague, el pasado 1 de julio, el joven esloveno de 23 años justificó su estatus a lo largo de la primera semana y en la entrada a los Alpes.
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Hasta los cinco últimos kilómetros del Col du Granon, el punto de inflexión en medio de un austero escenario de alta montaña y la toma de poder de su rival danés, segundo en el Tour 2021, que ya no volvería a soltar el maillot amarillo.
"Cometimos, mi equipo y yo, muchos pequeños errores. He aprendido mucho en este Tour", reconoció Pogacar, que espera mantener su espíritu valiente y seguir fiel a su forma ofensiva de correr.
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Vingegaard, por su parte, también cometió errores, rozó la caída en varias ocasiones. Pero se rehízo con la ayuda de su equipo y sobre todo de un fiel y omnipresente Van Aert.
Van Aert comandante en jefe
El belga, decisivo en varias ocasiones y ganador de la clasificación por puntos, le salvó de la confusión en la etapa del pavés, fatal para Primoz Roglic, el otro líder del equipo Jumbo, antes de liderar a menudo el pelotón permitiendo o no las escapadas en función de quiénes las componían.
Vingegaard ha aprendido a ganar y a superar su vulnerabilidad a nivel mental.
A falta de autoridad o de carisma, el danés seduce a sus compatriotas, que le tributaron una ovación a la salida desde Copenhague. Ahora le espera "una semana loca" en su país, y se interroga sobre las consecuencias de este salto de nivel en su vida.
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Lejos de cualquier exceso de confianza, se muestra decidido a regresar a por una segunda victoria. Sin marcarse un objetivo de una serie de victorias récord. Lógico en un corredor que antes de este Tour apenas contaba con siete victorias como profesional.
"Muy impresionante"
Más allá de las cifras y de la velocidad media, el Tour dio lugar a una pelea casi diaria en cada una de las 21 etapas, una lucha encarnizada a raíz de las estrategias ofensivas de los principales equipos.
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"Muy impresionante", reconoció el director del Tour Christian Prudhomme.
Aunque demasiado quizá para un pelotón vulnerable a las altas temperaturas, a menudo compañeras a lo largo de las tres semanas, al igual que el covid-19, que envió a casa antes de tiempo a 17 corredores (de los 176 en la salida).
Pero, como aseguró el galés Geraint Thomas, cuya formación Ineos puede consolarse con la general por equipos y un tercer puesto en el podio, los equipos son cada vez más profesionales, en busca de mejor el rendimiento por todos los medios, y los corredores cada vez más preparados para esta aventura homérica que es el Tour.
Y el Tour cambia con los tiempos, pero conserva un inigualado grado de exigencia.
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