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Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, en el Tour de Francia 2022
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Jonas Vingegaard, ¿paréntesis en el reinado Tadej Pogacar o cambio de dinastía en Tour de Francia?

Esta nueva rivalidad que surgió en el mundo del ciclismo ya empezó a dar de qué hablar en diferentes aspectos.

Ganador de su primer Tour de Francia este domingo, después de haber dado un golpe de Estado a la jerarquía del ciclismo en las rampas del Col du Granon, ¿el ascenso al poder de Jonas Vingegaard es un simple paréntesis dentro del reinado de Tadej Pogacar, o el danés está llamado a imponer una dinastía duradera en la 'Grande Boucle'?

Después de haber conquistado las dos primeras ediciones del Tour en las que participó, nada parecía poder detener al esloveno Pogacar en su ciclo arrasador del ciclismo mundial.

Comparado por muchos con el caníbal' Eddy Merckx por su hambre voraz de victorias y por su capacidad para ganar desde marzo hasta octubre, Pogacar ha visto rota antes de lo esperado su serie de triunfos seguidos en el Tour y deberá poner el contador a cero a partir de 2023 para poder igualar la marca del español Miguel Indurain, único corredor en haber conquistado cinco Tour de forma consecutiva.

Pero antes de pensar en batir a los más grandes ciclistas de la historia deberá comenzar por recuperar su estatus de mejor corredor del mundo, lo que pasa por volver a vestirse de amarillo en París.

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Gestionar la derrota

Acostumbrado a ganar sin oposición, a Pogacar le queda por delante el reto de gestionar la derrota, aunque haber encontrado un rival de la talla de Vingegaard podría espolearle.

"Fue una gran lucha con Jonas (Vingegaard) y tenemos al menos dos o tres años por delante para continuar", afirmaba el esloveno el sábado. "Regresaré hambriento en las próximas carreras y en el próximo Tour de Francia. Amo los retos en la vida y ahí hay uno grande con Jonas".

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Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, primero y segundo respectivamente en el Tour de Francia 2022
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Varios antiguos campeones estiman que el fogoso 'Pogi' pagó el precio de haber derrochado demasiadas energías al pretender seguir a todo lo que se movía, en ganar etapas en llano y esprintar por los primeros puestos.

"El Tour de Francia es como un caldero de agua, si lo vacías demasiado pronto, al final te falta", resumía para la AFP Andy Schleck, ganador de la 'Grande Boucle' en 2010.

"Al mismo tiempo es porque da guerra por lo que Pogacar es amado", explica Bernard Thévenet, doble vencedor en los años 1970, que estima que pese a perder, la popularidad del esloveno sale reforzada de este Tour.

Aunque Pogacar deberá despejar las dudas surgidas sobre su capacidad para rendir a gran nivel bajo fuertes calores y en altitud, como en los dos puertos a más de 2.000 metros de la etapa reina, el Galibier (2.642 m) y el Granon (2.413 m).

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Jumbo más fuerte que UAE


Pero si hay un punto en el que casi todo el mundo coincide a la hora de explicar el factor diferencial en este Tour, es que el equipo UAE de Pogacar fue menos fuerte que el Jumbo de Vingegaard, con Roglic, Kuss y Van Aert.

El esloveno no tuvo suerte tampoco al quedarse rápidamente sin dos compañeros, positivos en covid-19, Laengen y Bennett, así como Soler (enfermo) y Majka (lesionado).

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"Vingegaard y su equipo fueron más fuertes", reconoció el director del UAE Mauro Gianetti, recordando que Pogacar "al menos ganó tres etapas y el maillot blanco" del mejor joven. "Estoy orgulloso de Tadej, que podría haber ganado otra etapa y quizá conquistar el maillot de mejor escalador, pero lo arriesgó todo para tratar de ganar el Tour".

Por el momento a Tadej se le presentan objetivos más cercanos, comenzando por la Vuelta a España (19 de agosto-11 de septiembre) y los Mundiales en Australia (18-25 septiembre).

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Eddy Merckx, en el Tour de Francia 1969.
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Es la ventaja para un corredor de toda la temporada como él: no todo gira en torno al Tour. En enero había confesado su deseo de conquistar un día los cinco monumentos, las clásicas más prestigiosas del calendario. De momento ya tiene dos en su palmarés, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía.

Vingegaard también promete 'guerra' en el futuro en la más prestigiosa de las carreras. "Por supuesto quiero regresar al Tour para ganar otro. Pero no me he fijado ganar cinco Tours de Francia o algo parecido. Sólo quiero volver y ganar".

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Si Pogacar deberá lidiar con la derrota, Vingegaard deberá hacerlo con el éxito. Aunque de igual modo que verse en este Tour líder por primera vez de una carrera de tres semanas no le afectó, no parece tampoco que al introvertido y modesto Vingegaard los laureles le cieguen.

Las espadas quedan en todo lo alto para la batalla del Tour 2023.

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