El colombiano Fernando Gaviria (Movistar) , segundo clasificado en el esprint de Turín, lamentó la oportunidad perdida, pero aseguró que lo seguirá intentando porque "quedan muchas oportunidades".
"Lo intentamos y el equipo estuvo a la altura, hubiera sido un honor ganar hoy, pero estoy contento con el trabajo del equipo. Ver a compañeros como Oliveira y Aranburu delante conmigo es importante, contentos de verlos ahí", comentó en meta el ciclista de La Ceja.
Gaviria, ganador de 2 etapas en el Tour de Francia, no se mostró sorprendido con la victoria del eritreo Girmay "porque es un gran esprinter", y espera tener otra ocasión para levantar los brazos.
"Espero ganar otra etapa, quedan muchas por delante, pero antes trataré de salvar la etapa de en los Alpes. Todos los días son diferentes, es difícil saber qué pasará cada día", añadió.
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Por último, se refirió al esloveno Tadej Pogacar. "Es una etapa bastante dura; hay que tratar de salvar las piernas. 'Pogi' ya dijo que habrá fuegos artificiales, entonces esperamos no quemarnos con esa pólvora", sentenció.
LA HISTORIA DEL TOUR LLAMA A GIRMAY Y CARAPAZ
Fabien Grellier (Intermarché) se animó a una escapada sin futuro a 66 de meta, soñando por la tercera victoria francesa consecutiva. Coronó la última cota del día en Sommariva Preno (4a), pero en algún momento tenía que empezar la etapa en serio. A 25 de Turín sonó la voz de zafarrancho de combate. Los equipos de los esprinters animaron el ritmo al final de una etapa que rodó por debajo de la previsión más lenta.
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Aliciente por el triunfo de etapa y por el maillot amarillo. Pogacar, Vingegaard, Evenepoel y Carapaz estaban empatados en la general. El primero de ellos en atravesar la línea de meta se ponía de líder. Y los equipos de los esprinteres, a lo suyo, a volar.
Hubo nervios, caídas, al final alta velocidad, mucho riesgo para los hombres de la general. Pogacar se metió delante, y a 3 km de meta, en la zona de seguridad, desapareció. El esloveno no quiso arriesgar el pellejo, y mucho menos el Tour. En plena vorágine, se fue al suelo uno de los favoritos, Jasper Philipsen. Un candidato menos.
La pelea por el esprint se desató de lejos. El Lidel de Pedersen, el DSM de Jakobesen y el Movistar de Gaviria asumieron la revolución en la recta de meta. Atacó el danés, arrancó el colombiano, pero apareció con una fuerza descomunal, y con clase, el eritreo Biniam Girmay.
Todo emoción. La decimocuarta victoria para el corredor africano, la tercera de la temporada, y el estreno del Intermarché en la historia del Tour. África alzó la voz en el centro industrial de Italia, donde se fabrican coches, vermuts, y otros artículos de fama mundial. La voz de Girmay, héroe para siempre.
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Después de 3 etapas en Italia, el Tour vuelve a su territorio natural con la cuarta jornada y primera cita clave de montaña. Será "el día" del Galibier, mítico coloso de categoría especial (22,9 km al 5,1 por ciento), con la cima a 2.624 metros de altitud y a 19 km de meta. De salida espera el Col de Sestrieres (2a), un puerto interminable de 39,9 km al 5,9), y el de Montgenevre (2a, 8,3 km al 5,9).