El esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates), doble ganador del Tour de Francia, ya viste de amarillo camino del triplete después de dar otra exhibición, ahora al esprint, como vencedor de la etapa maratón del Tour disputada entre Binche (Bélgica) y Longwy, de 219,9 km, la más larga de la presente edición.
Pogacar (Komenda, 23 años) vive en estado de gracia, y quiere resolver cuanto antes. Fue el mejor de los favoritos en la crono de Copengahue, dominó en los adoquines y al esprint remató en Longwy su victoria número 7 en el Tour de Francia, con autoridad, arrancando cuando y como quiso hacia la gloria. Como un corredor de época, un campeón.
El joven esloveno remató a lo grande el trabajo de su equipo durante toda la jornada, primero anulando una fuga de Van Aert y al final controlando en las cotas cercanas a meta para llegar a disputar el reducido esprint entre los hombres de la general.
POGACAR NO TIENE RIVAL
Pogacar contestó un ataque postrero de su compatriota Primoz Roglic, lo rebasó, y mirando atrás alzó los brazos con un tiempo de 4h.27.13, cerrando una jornada rápida a 49,3 km/hora, lo que supuso llegar a Longwy media hora antes del mejor horario previsto.
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El rey del Tour de Francia superó a un esprinter como Michael Matthews (BikeExchange) y al francés David Gaudu (Groupama), segundo y tercero. En el mismo grupo Pidcock, Nairo Quintana, Vingegaard, Roglic y Enric Mas. Perdieron 5 segundos hombres como Geraint Thomas, Vlasov y Rigoberto Urán.
No hubo destrozo, sí un nuevo golpe de autoridad de quien se sabe superior y ambicioso. El premio para Pogacar fueron los 10 segundos de bonificación, suficientes para tomar el mando, la túnica amarilla, justo la víspera de la Planche des Belles Filles, primera cita de montaña, donde en 2020 se proclamó virtual ganador del Tour.
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El Tour de Francia cambia el podio. Los subalternos van desapareciendo, y asoman los candidatos reales. Pogacar dirige el Tour con 4 segundos sobre el nativo estadounidense Neilson Pauwless (EF Education) y 31 respecto al danés Jonas Vingegaard (Jumbo), segundo en París en 2021. Más alejados, Thomas a 41, Vlasov a 52, Daniel Martínez a 1 minuto, Nairo Quintana a 1.05 y Enric Mas es duodécimo a 1.12.
VAN AERT INSISTE HASTA FORMAR LA ESCAPADA
Después de la paliza de los adoquines llegó la etapa más larga de la presente edición. Roglic en la salida, dislocado por el hombro y en la general, algunas bajas y muchas cuentas pendientes. De Binche, en Bélgica, ciudad Patrimonio Mundial de la UNESCO por su famoso carnaval que recuerda la antigua presencia española, el pelotón salio enloquecido, con sucesivos intentos de fuga donde se tuvieron que implicar los favoritos.
Eso se debió a la insistencia de Van Aert, inagotable. El entonces líder atacó tantas veces que puso en apuros a su propio jefe de filas, Primoz Roglic, y algunos nombres ilustres. El belga obligó a Pogacar a tomar cartas en el asunto, o sea, a estar atento y responder ataques, y luego a tomar el mando de la persecución, ya que Van Aert se salió con la suya. Se marchó junto al estadounidense Simmons, el benjamín del Tour de Francia con 21 años, y el danés Fuglsang.
El pelotón no se volvió loco, decretó la calma. Dejó rodar a los fugitivos, que pasaron con 2.35 minutos de adelanto por la Cota des Mazures (3ª), con más de 100 km todavía para la meta. La etapa voló a una media superior a los 50 por hora en las primeras dos horas. Tres contra el resto del mundo.
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EL PELOTÓN DEVORA A VAN AERT, QUE SE DESPIDE DEL AMARILLO
La fuga fue menguando a medida que se acercaba el encadenado de 3 cotas que iban a condicionar los últimos 15 km. El pelotón volaba, lo que convenció a Fuglsang y Simmons para abandonar el proyecto y dejar solo a Van Aert, a quien no le importó echar el pulso en solitario a la marabunta a 31 km de Longwy.
Como en el pavés, el campeón de Alemania Nils Politt echó una mano para reducir diferencias, pero se unieron varios equipos para ir a la caza de Van Aert, que resistía contra viento y marea. Pogacar puso a sus subalternos en cabeza, por donde pasaban el EF Education buscando el liderato para Pawless, y el Ineos con Filippo Ganna.
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Inminente fin del sueño del líder, combativo como ninguno. Van Aert superó la Cota de Montigny sur Chiers (4a) y se disolvió en el gran grupo a 11 de meta. Se estaba despidiendo del maillot amarillo el campeón belga, agotado. Un error de cálculo. Demasiados ataques de inicio, fuga muy larga, y un pulso desigual.
POGACAR GANA SOBRADO EL ESPRINT DE LONGWY
Ya se habían activado los movimientos por la colocación. Esperaba un final incómodo, complicado, para rematadores, que incluía la Cota de Pulventeux (3ª): 800 metros al 12,3 %) y un ascenso a meta en la Cota de Las Religiosas (1,5 km al 5,8).
El UAE tiró de estrategia. Los hombres de Matxín lucharon todo el día y pensaron que su líder debía rematar la faena. McNulty, Soler, Majka y Pogacar juntaron mucho potencial para afrontar las últimas subidas y llegar en condiciones de disputar la victoria.
El francés Vuillermoz se quiso colar en la fiesta, pero fue neutralizado a 1,5 de la meta. El Jumbo apareció con grandes intenciones para lanzar a Vingegaard, e incluso a Roglic, herido físicamente y en su orgullo. El triple ganador de la Vuelta atacó a 400 metros de la línea, abrió unos metros, pero el depredador y compatriota Tadej Pogacar salió a por él con determinación.
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Mal rival le salió a Roglic, pues el jefe del Tour lo adelantó como un obús, miró atrás, controló la situación, sobrado, y celebró su primera victoria en esta edición. Una exhibición del más poderoso, que día a día va colocando los cimientos de su tercer Tour de Francia.
Este viernes llega el primer final en alto de la presente edición con la séptima etapacon salida en Tomblaine y llegada en la cima de La Super Planche des Belles Filles tras un ascenso de 7,4 km al 8,7 por ciento, el primer puerto de primera donde los favoritos se verán las caras.
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