El esloveno Primoz Roglic no tomó la salida de la etapa 13 del Tour de Francia , un día después de haber sufrido una caída a 12 kilómetros de la meta de Villeneuve-sur-Lot, que le provocó diversas heridas.
Según indicó su equipo, el Red Bull, las pruebas a las que ha sido sometido recomiendan que se retire para "concentrarse en otros objetivos".
El subcampeón del Tour de 2020 logró entrar en la meta con el hombro visiblemente dañado, el maillot roto y la piel ensangrentada , con el rostro desencajado y sin hacer declaraciones. Fue uno de los damnificados por la caída provocada por el kazajo Alexey Lutsenko, que atropelló un bordillo que separaba los dos carriles de la carretera a 12 kilómetros para la meta de Villeneuve-sur-Lot.
El ciclista "ha sido examinado minuciosamente por nuestro equipo médico tras la etapa del jueves y de nuevo esta mañana. Hemos tomado la decisión de que no tome la salida para concentrarse en otros objetivos de futuro", señaló el Red Bull en un comunicado.
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Era la segunda caída consecutiva que sufría el esloveno, que también dio con sus huesos en el asfalto camino de le Lioran, pero entonces fue a menos de cinco kilómetros para la meta, por lo que no le restaron tiempo en la general.
En esta segunda ocasión, perdió 2' 27'' con los favoritos, lo que le hizo caer dos puestos en la general, en la que era sexto a 4' 42'' del líder, su compatriota Tadej Pogacar.
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Roglic llegó a la salida del Tour en Florencia como uno de los favoritos para el podio final, a sus 35 años y en un nuevo equipo totalmente formado para sus intereses.
Pero con una preparación truncada por la caída que sufrió en abril pasado en la Vuelta al País Vasco, la misma que mantuvo más de un mes hospitalizado al danés Jonas Vingegaard , ganador de las dos últimas ediciones del Tour.
El esloveno no se mostró en su mejor forma desde el inicio de la carrera cuando fue perdiendo tiempo.
Pero hasta este jueves era cuarto de la general, con opciones intactas de subir al podio, del que solo le separaba un minuto.
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Pero la caída de este jueves le hizo caer dos puestos, superado por el portugués Joao Almeida y por el español Carlos Rodríguez.
El triple ganador de la Vuelta a España y vencedor del Giro de Italia de 2023 volvió a demostrar que no tiene suerte en el Tour, carrera que falta en su palmarés.
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En 2020 parecía que el exesquiador podía al fin entrar en París de amarillo, un jersey que se enfundó a falta de doce días para el final y que supo conservar hasta la penúltima etapa, pese a los envistes de su compatriota Pogacar, entonces un desconocido de 21 años.
Pero en la cronoescalada definitiva, en La Planche des Belles Filles que afrontaba con una renta de 57 segundos un día antes del paseo triunfal en París, vio como su joven compatriota le superaba en la general por casi dos minutos.
Un jarro de agua fría que volvió a sufrir el año siguiente, cuando llegaba como el gran rival de Pogacar para la victoria final, pero una durísima caída en el Morbihan en la tercera etapa le hizo perder más de un minuto.
Pero, sobre todo, le dejó unas secuelas que fueron agravándose con el paso de los kilómetros para terminar por obligarle al abandono durante el paso del Tour por los Alpes.
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Su equipo de entonces, el Jumbo Visma Lease a Bike, encontró un digno sucesor, el danés Jonas Vingegaard, que acabó segundo de la general y con el que, al año siguiente, compartió galones en la salida del Tour.
Una cohabitación que, pese a que llegó a la salida de Copenhague habiendo ganado la París-Niza y la Dauphiné, pronto derivó del lado del danés, después de que el esloveno sufriera de nuevo una caída en la quinta etapa camino de Arenberg, que le dejaron retrasado en al general, lo que le convirtió en un gregario de Vingegaard.
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Su papel fue vital para desestabilizar a Pogacar en el Granon en la undécima etapa, en la que el danés puso los cimientos de su primera victoria en el Tour, mientras Roglic, dolorido por las heridas de su caída, abandonó en la etapa 15.
Al año siguiente, su equipo decidió no repetir el doble liderazgo en el Tour y Roglic se impuso en el Giro de Italia y no acudió a la ronda gala.
A principios de este año recaló en el Bora, equipo respaldado por Red Bull, con la intención de pelear de nuevo por el Tour. Pero la mala suerte le persigue también en la formación alemana.