Los sueños están para cumplirse, pero, para ello, hay que trabajar, esforzarse, nunca bajar los brazos y luchar, o sino que lo diga Jonas Vingegaard, quien este domingo 24 de julio, se coronó campeón del Tour de Francia , sumando su primera gran vuelta a su palmarés.
Y es que el camino del corredor no ha sido nada fácil. Nacido el 10 de diciembre de 1996, en Hillerslev, Dinamarca, era un niño tímido y más bien enclenque. Con 19 años, el campeón en ciernes se labró su carácter, trabajando en una lonja de pescados en el puerto de Hanstholm.
Allí, sus jornadas eran desde las seis de la mañana hasta el mediodía, donde empaquetaba, lavaba y vendía pescado. Ese entrenamiento paralelo duró dos años. Ese medio no era completamente ajeno a Jonas. Su padre, Claus Vingegaard, es constructor de piscifactorías de salmones en Noruega.
En cuanto a su faceta de ciclista, pasó mucho tiempo en los Alpes franceses, donde disfrutaba de sus vacaciones, que no eran tan habituales, de adolescente, subiendo ya en aquella época puertos como el Galibier y dando pasos importantes de cara a la consecución de su sueño, que ya está viendo materializado.
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Pocas victorias, pero una estrella
Segundo en el Tour de Francia de 2021, nuevo maillot amarillo y campeón este domingo, Jonas Vingegaard ya es una de las estrellas del pelotón. Pero su palmarés de victorias era, hasta ahora, discreto: un triunfo en la Vuelta a Polonia en 2019, otra en el UAE Tour en 2021, siendo un desconocido.
Ese mismo año conquistó también la general de la Semana Coppi/Bartali, con dos victorias de etapa, y después la Drôme Classic y la 8ª etapa del Dauphiné en 2022: en resumen, ninguna victoria de prestigio antes de su salto a la fama en este Tour de Francia, donde se hizo con el título y se impuso en un par de fracciones.
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