El esloveno Primoz Roglic, ganador en la cima del Turini y maillot amarillo de la París-Niza, disfrutó de manera muy especial, como algo "grandioso", la victoria alcanzada con presencia de su familia, pero advirtió que la carrera aún no está ganada por la dificultad de la jornada dominical.
"Fue una etapa dura. Desde el principio hubo un ritmo alto. Al final tuve piernas, obviamente, y pude lograr la victoria. Hoy es un gran día, he ganado además delante de mi esposa e hijo. Con los años, le pones mucho entrenamiento y sacrificio, realmente esto no sale de la nada. Cuando puedes concretar ese trabajo, es realmente algo grandioso”, dijo el líder en la cima del Turini.
De cara a la etapa final y decisiva de la París-Niza, Roglič vaticinó que será una jornada complicada.
"Parece que mañana el tiempo no será el mejor. Conozco la etapa, está en mis carreteras de entrenamiento, y sé que será muy exigente. Ya vimos el año pasado lo que puede suceder en el último día, por lo que debemos estar muy atentos”.