En el Tour Colombia, el Movistar Team compite con una carta extra: Alejandro Valverde, el excampeón mundial de ruta que conserva el "sueño del ciclismo" tras retirarse y hoy inspira a su antigua escuadra desde las gradas.
Por primera vez de visita en los Andes colombianos, "El Bala" de 43 años entrena a la par de Nairo Quintana y Alejandro Gaviria, hace parte de las reuniones del equipo y es presentado en los eventos oficiales de la competición como si fuera uno de los corredores que va a luchar por el trono de la principal competencia cafetera.
Valverde, "encantado" con los paisajes montañosos en los que no llegó a correr como profesional, sonríe, acepta tomarse fotografías con los cientos de fanáticos que se le acercan como una horda y alienta a sus excolegas desde automóvil para vencer al Team Astana y el EF Education-Easypost.
Ya ha pasado más de un año desde aquel diciembre de 2023 en el que colgó la bicicleta y puso final a su leyenda como uno de los mejores pedalistas de la historia de España, campeón del mundo en 2018 y ocho veces podio de las Grandes Vueltas, incluido un título de la Vuelta España en 2009.
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En entrevista con la AFP en su hotel en Paipa (centro) cuenta que sueña "todavía con ciclismo" y que el año pasado pensó en darse a sí mismo una segunda oportunidad en el profesionalismo. Esas ideas van quedando atrás, pues cada día está más convencido de que se retiró en el momento "perfecto".
"Al final estaré ahí acompañando (al equipo) como en este caso a los corredores entrenando", "en el coche, con el tema de nutrición, con los entrenadores...", dice. Se trata de hacer parte "del feedback (retroalimentación) entre todos. Al final entre más ojos vean a los corredores pues se puede aportar más", complementa.
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Quitarse el gusanillo
Valverde es un apasionado del ciclismo y las emociones que genera un deporte dado a sus aficionados. De hecho en 2022 postergó su adiós por un año para disfrutar del regreso del público a las carreras tras las prohibiciones de la pandemia.
A veces se antoja de volver a sentir la emoción de la competencia, pero se quita el "gusanillo" (apaciguar las ganas) con el gravel, la modalidad de aventura en cuyo Mundial quedó cuarto el año pasado.
En Colombia usted parece un corredor más del Movistar, ¿por qué?
"Sigo entrenando, sigo cuidándome (...) me gusta andar con ellos y al mismo tiempo charlar. Al final también es bueno para el equipo, porque veo cómo se sienten ellos, aparte para mí (porque) disfruto, es emocionante".
¿Ya se le quitó esa ilusión de volver a ser ciclista?
"Es cierto que también tengo algún sueño todavía del ciclismo pero ya menos, ya ha pasado un año (desde el retiro), ya estoy más tranquilo y bueno, estoy muy contento".
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"Es cierto que el año pasado sobre abril pensé que iba a volver, dije "quiero volver". Pero bueno, ha ido pasando un año, pensé que también se estaba a gusto así (retirado). Hacía alguna prueba de gravel, me quitaba el gusanillo y luego al final de año se lo propuse a Eusebio (Unzué, director del Movistar) y me dijo: 'Alejandro, no tienes necesidad de andar' y entonces yo entendí perfectamente.
"Al final fue la decisión perfecta cuando me retiré, el momento perfecto".
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¿Cómo ha calzado un campeón mundial de ruta en el gravel?
"Bien", es "bonito", esto es como hablar en el mundo del motor: el ciclismo profesional es como la Fórmula 1, pero fuera de la Fórmula 1 hay muchísimo tema de motor, de pruebas importantes y pues el gravel está creciendo".
¿Usted se retira y al Movistar vuelve Nairo Quintana, es su reemplazo en el liderazgo del equipo?
"Nairo tiene mucho ciclismo en las piernas todavía (...) está claro que al final pues ha ido creciendo, está mucho más maduro que antes, más experimentado, (...) se le ve que tiene más madurez y puede ayudar también a los jóvenes muchísimo".