2 de abril de 2022. Ni un minuto más ni un minuto menos, cuando el reloj marcó las diez en punto de la mañana ya todo estaba listo. Los flashes de las cámaras apuntaban a una sola dirección. La soleada mañana bogotana era testigo del regreso del campeón. Egan Bernal estaba, nuevamente, encima de una bicicleta en un evento público.
Hace tan solo 71 días el país se puso en vilo tras conocer la noticia del accidente del ganador del Giro de Italia. Un entrenamiento matutino en su bicicleta de contrarreloj terminó en un siniestro que le dejó 20 huesos rotos y lo puso "al borde de la muerte", como él mismo ha dicho.
Dos meses después y contra todo pronóstico, se presentó en el concesionario de Porsche, en el noroccidente de Bogotá, para mostrarle al mundo que está listo para el regreso y para compartir junto a varios aficionados una rodada virtual, por medio de la plataforma 'Zwift'. Con su traje del Ineos impecable se volvió a subir a su Dogma Pinarello.
Con un micrófono alambrado, como el pinganillo que solía usar en las carreras europeas, Bernal se dispuso a charlar con el periodista Juan Charry, mientras daba pedalazo tras pedalazo. La incesante respiración agitada no le impidió responder pregunta a pregunta y contar cómo fue el accidente de ese 24 de enero.
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"Yo estaba entrenando muy duro en contrarreloj para llegar al Tour de Francia. Hubo un tramo que estaba en descenso y yo me dije a mí mismo que quería superar los 60 km/h. Llegué hasta 62 y ahí sentí el impacto. Sabía que había sido contra un bus o una tractomula, por la forma en la que quedé. Sentía mucho dolor y solo quería que me dieran un medicamento o que me durmieran", relató mientras seguía dando pedal, a unos 24 kilómetros por hora, según indicaba la pantalla en la que se mostraba la carrera virtual.
Fueron 50 minutos sobre la bicicleta, donde habló del tiempo compartido con su familia, la traumática etapa de recuperación y haciendo siempre enfásis en que estar de nuevo en acción era "un milagro de Dios". Cuando se acabó el tiempo, le envío un mensaje al país en forma de agradecimiento. Al culminar, todo el salón (que normalmente está lleno de carros de lujo) se fundió en aplausos de admiración para el joven de 25 años. Se bajó de su bici y sonrío para las fotos.
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Minutos más tarde y mientras todos los periodistas murmuraban, volvió a aparecer, ya en sudadera, bañado tras el breve entrenamiento y con el bastón de madera que lo acompaña en cada paso que da. Se dispuso a responder las preguntas de los medios de comunicación. Todos querían interrogar al bueno de Egan.
En total fueron 20 preguntas, en las que resaltó su ilusión por volver a competir en el alto nivel. "Sueño con tener de nuevo mi número y estar en carrera, así sea para ayudar a llevar carimañolas a mis compañeros. Pero aún no tengo fechas, no quiero presiones innecesarias", dijo mientras tomaba un sorbo de agua.
Ya visiblemente cansado, culminó con tres entrevistas, una de ellas para Nelson Enrique Ascensio, de Noticias Caracol y se perdió en uno de los cuartos que integraban el inmenso consesionario de su marca patrocinadora. Ahí va Egan Bernal, el campeón al que su vida le cambió en un segundo, el que pasó de preparse para el Tour de Francia a estar en un hospital con más de 20 fracturas encima. Pero esta no fue la primera vez que el zipaquireño tuvo que pasar por el quirófano. En 2018, una caída que le dejó su clavícula rota lo sacó del Giro de Italia y esto le dio fuerzas para volver mejor. Por eso, Egan tiene que claro que "Is back... again".
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