Mathieu van der Poel y su 'resurgimiento' en la temporada 2023 del WorldTour

Mathieu van der Poel ha dejado atrás la agonía olímpica y mundial en 2023, una temporada ya coronada con dos de los trofeos más preciados del ciclismo de carretera.

El campeón de ciclismo cross de 28 años terminó la temporada 2022 con una noche en una comisaría de policía australiana después de que una broma de adolescentes en su hotel saliera terriblemente mal durante los campeonatos del mundo.

Antes de eso, el corredor del Alpecin-Deceuninck también se equivocó dolorosamente en los Juegos Olímpicos de Tokio al no darse cuenta en un recorrido de entrenamiento de que se retiraría una rampa el gran día.

En el descenso de la primera vuelta de la carrera por la medalla de oro en bicicleta de montaña, se lesionó la espalda en el tramo en el que se había retirado la rampa.

Pero la temporada de un día de 2023 está resultando ser el momento culminante de Van der Poel, con un reciente triunfo en Milán-San Remo, un ajustado fallo en el Tour de Flandes hace una semana y la convincente exhibición del domingo en la clásica adoquinada de París-Roubaix para asegurarse un cuarto triunfo en las épicas carreras de un día conocidas como Monumentos.

El ciclista neerlandés negó haberse inspirado en su noche en el calabozo de Australia, después de perseguir a dos adolescentes hasta su habitación tras una persistente broma nocturna.

Llamaron a la policía y, en la víspera de lo que podría haber sido su día decisivo, sus mejores planes se fueron al traste.

"Australia fue sin duda un punto bajo, pero no diría que encontré inspiración en ello", dijo Van der Poel, que era el favorito para ganar la carrera en ruta masculina en Australia.

Se presentó en la línea de salida sin haber dormido ni haber informado a su equipo de lo sucedido, comenzó la carrera pero se retiró poco después.

"Estaba preparado para el Mundial, así que lo que ocurrió allí fue sin duda un punto bajo", reconoció.

- La mejor temporada clásica de mi vida

Pero dijo que superar el incidente del Monte Fuji en los Juegos Olímpicos era más importante.

"Ahora tengo confianza en mí mismo", afirma un hombre del que rara vez se presume que carezca de ese preciado bien.

"Y mis problemas de espalda están mucho mejor de lo que estaban".

"Estoy pedaleando sin dolor y creo que ésta es la principal diferencia", dijo Van der Poel, que procede de una familia de ciclistas de élite, ya que su padre y su abuelo fueron estrellas del pelotón antes que él.

"Es mi mejor temporada de clásicas", continuó.

"Ha sido mi mejor momento sobre una bicicleta", dijo en la línea de meta tras la agotadora carrera de 258 km, con unos 55 km de adoquines.

Van der Poel ganó la primera de ellas, la Milán-San Remo, hace un mes, antes de perderse por muy poco su tercera Vuelta a Flandes consecutiva, considerada en el ciclismo de carretera como un campeonato del mundo no oficial.