En el mundo del ciclismo, Lance Armstrong sorprendió luego de ganar siete Tour de Francia, sin embargo, fue mayor el 'boom' cuando se reveló que se dopaba y sus títulos fueron despojados. Esa mancha nunca se la ha podido quitar y ahora en una entrevista dio unas polémicas declaraciones junto a Jan Ullrich, su eterno rival que curiosamente también hizo trampa con el 'doping'.
Fue en una entrevista para el portal ‘Zeit Magazin’ que tanto Lance como Jan se desahogaron sobre diversos temas. Primero se refirieron a su relación en el pasado y la actualidad. "¿Si Armstrong y yo terminaríamos siendo amigos? Por el amor de Dios, no. No podría haberlo imaginado, pero nunca me interesó mantener amistad con el resto de los ciclistas. Cuando conocí a Lance me di cuenta de que es diferente a su imagen. No es frío ni arrogante y tiene un corazón enorme”, dijo de entrada el alemán.
Acto seguido, Armstrong siguió por la misma línea de Ullrich. "Que odiaba al resto de ciclistas es mucho decir. Pero luego cuando ves a Jan con otras personas es agradable, no finge. Me encanta su personalidad, es amigable y generoso. Y es todo lo contrario a mí, un tipo muy agradable. No soy así salvo en mis círculos más cercanos”, añadió el norteamericano.
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Después hablaron sobre como la rivalidad les ayudó a mejorar su rendimiento y ser más ambiciosos. “Di lo mejor de mí gracias a Jan. Pasé noches sin dormir por su culpa y eso se traslada a todo mi equipo. Durante años fue una de las personas más importantes de mi vida. Solo tenía este rival. ¿El resto? No les tomaba en serio. ¿Si le tenía miedo? ¿Tú que crees? Cuando veía fotos suyas en primavera preguntaba: '¿Ha engordado en invierno? ¿Cómo puede estar tan en forma? Era una obsesión", manifestó Armstrong.
Por último, el estadounidense cerró con unas fuertes palabras sobre cómo se manejó la situación del doping respecto a otros corredores. “Jan y yo éramos iconos en nuestros países. Yo porque había superado el cáncer e inspiré a muchas personas. Jan porque fue el primer alemán en ganar el Tour. Suena poco modesto, pero éramos los más grandes del ciclismo a nivel mundial y éramos parte de esa generación de mierda. Mientras el resto de los ciclistas que se doparon pudieron seguir trabajando, a Jan, a mí y a Marco Pantani se nos trató como apestados. Ese es el precio que pagas cuando eres el mejor en un deporte, eres un símbolo. Me llevó 10 años de lucha salir de este agujero. Eso fue duro. Y por eso no dejé solo a Jan cuando se sentía mal”, sentenció.
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