Johan Colón: “La meta es ser el ciclista con más etapas ganadas en el calendario de este año”

Por estos días, se disputó la edición 72 de la Vuelta a Colombia, que tuvo un recorrido total de 1.427,9 kilómetros, los cuales se distribuyeron en 10 etapas. Y esta carrera, con inició en Barranquilla y final en Tunja, dejó a varios protagonistas. Uno de esos fue el sincelejano Johan Colón, quien dio guerra durante las primeras jornadas de competencia hasta que se retiró por un quebranto de salud.

Concretamente, su abandono se produjo por un cuadro de hipotermia que sufrió durante la quinta etapa, la cual tuvo un recorrido de 189.1 kilómetros entre Yarumal y La Unión.

“Traté de sobrevivir hasta que en una bajada sentí que las piernas me empezaron a temblar demasiado (...) No me acuerdo de muchas cosas, pero algunos miembros de mi equipo me comentaron que fue difícil que me bajaran de la bicicleta porque no podían quitarme las manos del manubrio (...) Me metieron a un carro con calefacción. Cogí una agua de panela, que estaba muy caliente, y me la comencé a echar en los pies y en las manos”, mencionó Colón al hablar de la situación que lo terminó alejando de la carrera de ciclismo más importante en nuestro país.

“Intenté recuperarme, pero mis entrenadores llamaron al médico y él dijo que no estaba en condiciones de seguir compitiendo. Fue una de las situaciones más duras de mi carrera deportiva”, comentó.

Colón, de explorar a convertirse en referente del pelotón nacional

Johan Colón, nacido el 26 de agosto de 1995, comenzó su periplo en el ciclismo a la edad de nueve años en una carrera que reunió a diferentes escuelas de esta disciplina deportiva, en la ciudad de Sincelejo, situada en el departamento de Sucre.

“En esa competencia pasó algo muy curioso porque los periodistas que cubrían el evento necesitaban presentar reportajes de cada categoría y no alcanzaron a sacar fotos de los tres primeros de mi carrera. Entonces, optaron por tomarme una foto a mí y al día siguiente aparecí en el periódico. En el colegio me felicitaron y hasta icé bandera”, señaló.

Desde aquel momento, Colón empezó a explorar la posibilidad de convertirse en ciclista profesional, pero el camino no fue fácil y tuvo uno que otro altibajo.

“Antes de terminar el colegio, pensé en abandonar el ciclismo porque no encontraba patrocinio y debía trabajar para ayudar a mi familia. Me levantaba a las 5 de la mañana para entrenar, luego me iba a trabajar de 8 a 11 y en las tardes estudiaba”, dijo.

Sin embargo, la vida le tenía trazado el camino y en su momento fue contactado por el dueño de una tienda de ciclismo llamada Coyote Store. Allí empezó a dar sus primeros pedaleos con miras al profesionalismo.

“En ese tiempo, nos fuimos seis ‘pelaos’ al barrio El Chagualo de Medellín para que nos vieran entrenar. Teníamos que compartir cuarto y no cabíamos porque solamente había una cama y una colchoneta. Incluso, algunos dormían al lado del baño. Yo me salvé (de dormir al lado del baño) porque en un entrenamiento me fue muy bien y gané un cupo para dormir siempre en la cama”, apuntó.

Con el paso del tiempo fue adquiriendo más experiencia y también se las rebuscó para luchar por su sueño mientras vendía pasteles y lijaba hierro. Entonces, una llamada de su colega Nelson Soto lo terminó llevando a incursionar en el ciclismo mexicano.

“Él me llamó y me dijo que había una oportunidad para competir en México. Yo no tenía ropa para llevar y tampoco una maleta, pero al final me convenció y me fui allá con los ‘ojos cerrados’ porque no sabía quién me iba a recibir y tampoco la cantidad de dinero que me iban a pagar”, indicó el ‘duende’, apodo que recibió Colón luego de ganar la edición de 2017 de la Clásica Ciclista Benito Juárez, una de las competencias más importantes de ese país.

Y aunque su estancia en tierras mexicanas duró un año, este fue tiempo suficiente para que ganará otras carreras y continuara formándose como persona gracias a la familia de un copatrocinador que lo acogió desde su llegada.

Luego, en 2018, regresó a Colombia para probarse con el Coldeportes Zenú, un equipo en el que estuvo por dos temporadas y que lo llevó a disputar la Vuelta a Madrid, la Vuelta a Aragón y la Vuelta a Asturias.

En 2020, cambió de aires y fichó con el Orgullo Paisa, en el que destacaron su versatilidad en la carretera.

“Les parecía un ciclista muy versátil porque no solamente embalaba, sino que también podía servir de gregario y me iba bien en la montaña”, comentó.

A pesar de que en su primer año no obtuvo ningún triunfo, en 2021 se abrió el grifo y en esta temporada es uno de los ciclistas con más victorias de etapa (4) en el pelotón nacional.

“Quiero tener protagonismo en el Nacional de Pista y en la Vuelta a Antioquia. La meta es ser el ciclista con más etapas ganadas del calendario nacional de 2022”, concluyó al hablar sobre sus siguientes retos de este año.