El belga Thomas De Gendt (Lotto Soudal), que se impuso en la octava etapa del 105 Giro de Italia, se reencontró con el triunfo en Nápoles un año y tres meses después en una etapa en la que su veteranía fue clave para lanzar el ataque definitivo en el momento preciso.
"Se había formado una escapada con un grupo muy grande con muy buenos corredores como Mathieu Van der Poel o Biniam Girmay. Van der Poel ha atacado en la parte más dura y ha sido muy difícil seguirlo pero hemos conseguido cogerlo. En ese momento intentamos lanzar el contraataque porque sabíamos que todos les mirarían y así ha sido", ha explicado sobre el ataque que lanzaron a 42 kilómetros de meta junto a su compatriota y compañero de equipo Harm Vanhoucke (Lotto Soudal), el italiano Davide Gabburo (Bardiani CSF) y el español Jorge Arcas (Movistar) que fue el bueno y del que salió el vencedor de etapa.
De Gendt ha reconocido que no han podido estar tranquilos en ningún momento de la fuga por el nivel de sus perseguidores e incluso "pensamos que nos cogerían tras la parte más dura, pero hemos trabajado duro y conseguido aguantar".
Sobre la resolución de la etapa, ha explicado que su compañero Harm Vanhoucke ha sido una pieza fundamental para que él pudiese sumar su decimoséptimo triunfo como profesional, el quinto en una gran vuelta, ya que acumula dos etapas en el Tour, dos en el Giro y una en la Vuelta.
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"A tres kilómetros le he dicho que fuese a tope que seguro que iba a ganar y ha hecho un gran trabajo hasta los 200 metros finales que he lanzado el esprint", ha comentado.
De Gendt (Sint-Niklaas, 1986) afronta en este Giro su vigésima segunda participación en una grande, un tipo de pruebas en las que a pesar de haber sido tercero en el Giro en 2012, decidió decantarse por pelear por triunfos parciales de etapa que le permiten ser uno de los mejores cuando se marca el objetivo o hacer pasar muchos apuros al pelotón.