La carrera de Primoz Roglic sobre la bicicleta ha sido tan brillante como llena imprevistos y de emociones de toda índole. El esloveno ha sabido ganar y estar en la cima, pero se ha tenido que reponer de duros golpes sobre el asfalto y también emocionales. ¡Un campeón que no se rinde!
Sin duda alguna, el mayor dolor que vivió Roglic y que quizás todavía guarda en su mente es el hecho de no haber ganado el Tour de Francia. En el 2020, estuvo a punto de hacerlo, pero en la penúltima fracción, un descomunal Tadej Pogacar lo venció en la cronoescalada y ahogó su sed de tituló. Las lágrimas en sus ojos y su cara agachada fueron evidencia de lo que sentía.
En España, Roglic encontró su lugar en el mundo y se impuso con honores por tres años consecutivos (2019, 2020 y 2021). En el 2023, el esloveno de nuevo irrumpió en el Tour de Francia con intenciones de ganar, pero una caída en la primera semana afectó su rendimiento y su hombro se vio muy afectado.
Roglic siguió de pie a pesar del golpe y luego asistió a la Vuelta a España para hacer realidad su tetracampeonato, sin embargo, en la etapa 16, nuevamente una caída sobre el remate del trayecto mermó su físico. Al día siguiente, tuvo que abandonar.
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Roglic sabía que algo no andaba bien y su dolor en el hombro, por culpa de las dos caídas, tuvo que ser reparado a través de una cirugía. Dicho esto, el corredor del Jumbo Visma culminó el 2022 en fase de recuperación.
En el 2023 su proceso siguió y empezó los entrenamientos lentamente para ir tomando forma y poder competir. El esloveno reapareció en la Tirreno Adriático y regresó por lo alto, tres etapas al 'bolsillo' y título. Fue la segunda vez que lo logró tras salir campeón en el 2019.
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Esa tan solo fue la primera bocanada de que Roglic nunca se rinde y que no solo pedalea con las piernas, sino que también con el corazón. Apenas una semana más tarde corrió la Vuelta a Cataluña y de nuevo dejó regados a todos en el camino. Dos triunfos y su primer título en tierras catalanas.
De ahí en adelante, se preparó para el Giro y lo demás es historia. Guardó reservas, fue inteligente y dio el golpe en el momento justo para hacerse con su primera 'corsa rosa'.