El ciclista italiano Jonathan Milan (Bahrain) ganó al esprint la segunda etapa del Giro de Italia, el domingo en San Salvo, donde Remco Evenepoel mantuvo sin dificultad su maglia rosa de líder.
En cada una de las grandes carreras, ya sea el Tour, la Vuelta o el Giro, la primera victoria de un representante nacional se espera con ansia y en ocasiones tarda, aumentando el nerviosismo de la afición local.
A sus 22 años, Jonathan Milan pone fin a la espera levantando los brazos en la línea de meta en la segunda etapa, por delante de los grandes especialistas del esprint.
"Es increíble, no me lo puedo creer, es mi primer Giro. Hice una buena etapa ayer pero jamás habría podido imaginar que ganaría hoy", declaró Milan, visiblemente emocionado tras lograr su cuarta victoria, la primera de esta magnitud.
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Especialista en pista, el corredor de Bahrain se impuso por delante del neerlandés David Dekker y del australiano Kaden Groves.
Varios de los candidatos a la victoria no participaron en el esprint final, después de una violenta caída colectiva ocurrida a falta de tres kilómetros de la línea de meta, con el danés Mads Pedersen y el británico Mark Cavendish entre los afectados.
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Antes de esta caída durante un final de etapa en el que explotó el nerviosismo de repente, la jornada había sido muy tranquila a lo largo de la costa y bajo el sol.
Evenepoel, protegido por su equipo
Una larga escapada de cinco corredores animó el día, pero los últimos adelantados de este grupo fueron atrapados a falta de 40 kilómetros de la llegada.
Hasta el acelerón final de los últimos 5 km, los principales líderes del pelotón pasaron una jornada sin forzar los pedales.
Remco Evenepoel, que vestía por primera vez en su carrera el maillot rosa y que corría sobre una bicicleta muy colorida, con un cuadro decorado con los colores arco-iris para homenajear su estatus de campeón del mundo y unos manillares rosas.
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El belga, que contó que su teléfono "se calentó" tras su victoria en la víspera, se mantuvo bien protegido, enganchado a la rueda de sus compañeros.
Muy relajado, se tomó el tiempo en plena etapa para apartarse hacia la derecha de la carretera y chocar la mano de su mujer Oumaïna, vestida de rosa.
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"Todo fue bien hoy. Nos hemos librado de los problemas, pero fue una caída fea", comentó.
Para no sufrir la presión del liderato durante mucho tiempo, la formación Soudal-Quick Step ha previsto abandonar, de manera provisional y según sus planes, la maglia rosa de la etapa del martes, en beneficio de los escapados.
El lunes, la tercera etapa debería de nuevo ser propicia para los esprinters, pues las dos subidas consecutivas de Monticchio (6,3 km a 6,4% de media) y de Valico La Croce (2,6 km a 7,6%) están demasiado alejadas de la meta como para marcar una diferencia.